¿Te imaginas tener la posibilidad de preparar un perfume, tan preciado que cualquiera que lo oliera quedara cautivado por su aroma? Jehová nuestro Dios nos enseña a cómo nosotros nos podemos convertir en ese perfume, para llegar al lugar donde habita y ser agradables delante de Él.
Comenzaremos con un poco de contexto, ¿de dónde surge la idea que podemos convertirnos en un olor agradable para Dios? Bien leeremos en el libro de Levítico una de las formas que enseña a su pueblo a guardar sacrificios como olor de suavidad.
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