Los mandamientos de Dios incluyen a los diez preceptos que Dios grabó en dos tablas de piedra. Mandamientos escritos con el dedo de Dios (Exodo 31:18). El Omnipotente ordenó al Pueblo de Israel que los guardaran por estatuto perpetuo. Si obedecían serían su especial tesoro, un pueblo de sacerdotes y gentes santas. Esos preceptos son tan importantes que Moisés los repite al pueblo 40 años después de la primera vez que le fueron entregados. Además, recibió la orden de ponerlos dentro del Arca del Pacto. Estos mandamientos son:

“Este es aquél que estuvo en la congregación en el desierto con el ángel que le hablaba en el monte Sinaí, y con nuestros padres. Y recibió las palabras de vida para darnos” (Hechos 7:38)

  • 1.        No tendrás dioses ajenos delante de mí.
  • 2.        No te harás imagen, ni ninguna semejanza de cosa que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra: No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos, sobre los terceros y sobre los cuartos, a los que me aborrecen, y que hago misericordia en millares a los que me aman, y guardan mis mandamientos.
  • 3.        No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano.
  • 4.        Acordarte has del día del Sábado, para santificarlo: Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día será reposo para Jehová tu Dios: no hagas en él obra alguna, tu, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas: Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, la mar y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día: por tanto Jehová bendijo el día del Sábado y lo santificó.
  • 5.         Honra a tu padre y a tu madre, porque tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu         Dios te da.
  • 6.        No matarás.
  • 7.        No cometerás adulterio.
  • 8.        No hurtarás.
  • 9.        No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.
  • 10.      No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.

Los mandmientos de Dios enseñan el amor que hay que buscar hacia el Padre, y el amor hacia los hombres.

 Adam y Eva desobedecieron esta ley y, como castigo, fueron expulsados del huerto del Edén. Caín la transgredió, pecó y fue considerado como errante y extranjero (Génesis 4:12). También fue conocida por los patriarcas y su obediencia les trajo bendiciones.

Jesús engrandece los mandamientos de Dios

Los 10 Mandamientos
Juan 12:50

Nuestro señor Jesucristo engrandeció los mandamientos de Dios y los consideró como parte importante para obtener la vida eterna. Siempre y cuando se guardaran y cumplieran (Mateo 19:16-23). Esto lo confirma cuando dice: “…Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y de toda tu mente. Este es el primero y el grande mandamiento. Y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas” (Mat. 22:37-40).

Estos mandamientos han sido designados como la base para alcanzar la vida eterna, tanto que cuando aquel hombre se acercó a Jesús le dice.

“Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna?”.

La respuesta del Maestro es clara y precisa cuando le dice:

“Si quieres entrar en la vida guarda los mandamientos” Entonces el joven, le pregunta: “¿Cuáles?” Y Jesús dijo: “No matarás: No adulterarás: No hurtarás: No dirás falso testimonio: Honra a tu padre y a tu madre: y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo” .

Mateo 19:16-19

De lo anterior, para nosotros es interesante ver la manera como el Señor se refirió a los Diez Mandamientos, haciendo alusión a la importancia de cumplir con ellos para entrar a la vida eterna.

Los apóstoles enseñan los mandamientos deDios

El apóstol Pablo recalca esto, y hace vigente la enseñanza del Maestro de Nazaret, cuando dice: “No debáis a nadie nada, sino amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, cumplió la ley” (Romanos 13:8-10).

Las palabras entregadas a Moisés en el monte Sinaí permanecen por estatuto perpetuo y, al ser la Palabra de Dios, no es posible hacer ningún cambio en ellos. Por lo que hasta nuestros días y en los tiempos por venir deberán guardarse tal y como los ordenó el Todopoderoso, porque El no cambia. Jesucristo ratifica los mandamientos dichos por su Padre:

“No penséis que he venido para abrogar la ley ó los profetas: no he venido para abrogar, sino a cumplir. Porque de cierto os digo, que hasta que perezca el cielo y la tierra, ni una jota ni un tilde perecerá de la ley, hasta que todas las cosas sean hechas” .

Mateo 5:17, 18

En la actualidad es bnuestro deber guardar las ordenanzas del Altísimo, porque es algo que identifica a la iglesia fundada por el Salvador. Los Diez Mandamientos son esenciales para el hombre que desea su santificación a través de una conducta impecable.

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