Jesús organiza su Iglesia. Desde la antigüedad, Dios ha organizado a sus hijos. Inició este proceso con los doce Patriarcas. Posteriormente, ya estando fuera de Egipto, Jethro, suegro de Moisés, le instruyó y le dio consejos para apoyarse en varones, hombres llenos de virtud, temerosos de Dios, llenos de verdad y que aborrecieran la avaricia. Cualidades que deberían tener porque gobernarían y juzgarían a un pueblo singular (Exodo 18:21).

“Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo”

Efesios 2:20

Cuando vino Jesús, él tomó a doce hombres, a los que llamó apóstoles, para que prepararan el camino de salvación en las ciudades de Israel, misión que ellos cumplieron fielmente durante el ministerio del Hijo de Dios. De la misma manera elige los setenta, que cumplieron su cometido en el tiempo en que el Maestro estaba con ellos.

Jesús organiza a su Iglesia

Se ha enseñado que tanto los Doce Apóstoles como los Setenta, tuvieron sucesores. Tomando como base la ordenación de Matías, que ocupó el lugar de Judas. Pero esto no es así. Porque a Judas se le nombró un sucesor para cumplir una profecía. Además de que no existe ningún otro caso de sucesión en las Sagradas Escrituras (Salmos 69:25-28; 109:8).

La ordenanza viene del Padre

Nuestro Dios, después de esta ordenación, también ha tomado del pueblo hombres para que continúen la obra de su Hijo Jesús. Llamando a todos aquellos que tiene el deseo de servirle. Como fue el caso de los apóstoles Bernabé y Pablo, que fueron apartados por el Espíritu Santo. Para llevar el evangelio por toda la tierra (Hechos 13:2-3; 13:47; Gálatas 1:15).

La organización de la Iglesia

Así como a ellos que fueron elegidos no siendo sucesores de nadie, Dios ha puesto la base para organizar a su Iglesia con varones elegidos por el Altísimo. Varones de virtud, temerosos de Dios, llenos de verdad y no codiciosos, que aborrezcan la avaricia. Llenos de misericordia para con la Iglesia y sus compañeros (Exodo 18:21), cualidades que debe tener todo Obrero de Dios: Ministros (Ancianos), Diáconos y Ayudas.

Jesús organiza su Iglesia y en estos hombres Dios deposita la responsabilidad de su Iglesia. Ellos velan por las almas, predicando y enseñando la Doctrina del Dios de Israel y el evangelio de su Hijo Jesucristo  (1a Tim. 3:1-13; 2a Cor. 12:27-28; 2a Tim. 2:15). Todos ellos predican bajo la dirección indiscutible de Dios.

Dios designó a Moisés para que dirigiera a su pueblo y cuando María y Aarón murmuraron por esta situación el Señor los castigó. Recordemos las palabras del apóstol Pablo:

“Toda alma se someta a las potestades superiores; porque no hay potestad sino de Dios; y las que son, de Dios son ordenadas” (Romanos 13:1).

Seamos obedientes a esta Autoridad, respetando la potestad que Dios les ha dado para que recibamos las bendiciones de Dios.

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