La parábola del sembrador que utilizó nuestro Señor Jesucristo, así como todas las demás expuestas, eran utilizadas para que desde el más simple pudiera entender los mensajes de Dios. Los corazones dispuestos escucharían estas palabras y entenderían lo que tendrían que hacer para volver nuevamente a Dios. 

A veces pensamos que la verdadera sabiduría, o los mensajes que nos pueden producir cambios significativos, deben ser complejos o llenos de palabras que pocos pueden entender. Pero recordemos que nuestro Padre es no solo de justos, sino también de los pecadores y de los que se alejan de Él. Así que la oportunidad de salvación es para los que atentamente buscan a Dios de todo corazón.

Y podrías ser pobre y sin educación académica, pero aún así con la misma oportunidad que los ricos y más sabios del planeta. Porque todos necesitamos del conocimiento de nuestro Padre, para saber cómo recuperar esa imagen a la que fuimos creados. Por eso nuestro Maestro, nos mostraría el camino a seguir con figuras que comprendieramos, para que las cosas terrenas nos ayudarán a comprender las celestiales. 

¿Qué es una parábola? Es una semejanza, comparación, una similitud tomada de las cosas naturales, para instruir en el conocimiento de las cosas espirituales.

Abriré mi boca en proverbios; Hablaré cosas escondidas desde tiempos antiguos, las cuales hemos oído y entendido; Que nuestros padres nos las contaron.No las encubriremos a sus hijos, contando a la generación venidera las alabanzas de Jehová, Y su potencia, y las maravillas que hizo.

Salmos 78:2-4

Jesús dirigió primero estas palabras a su pueblo Israel, ya que son los primeros en recibir el mensaje de Salvación, y por promesa de su Padre sería fiel para con ellos.

Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare. Deuteronomio 18:18

Aquellos del pueblo de Israel que escucharan las enseñanzas, tenían que aplicar ese conocimiento de la forma en que Jesus enseñaba. Para que no fueran desviados sus corazones a cometer nuevamente maldad, o hacer todo conforme a sus propios pensamientos. La humildad y mansedumbre ante estas enseñanzas, era básica, para que la dureza del corazón no interrumpiera el mensaje que provenía de Dios. (Mateo 13:10-17; Marcos 4:10-12; Lucas 8:9- 10).

Vamos a considerar entonces la parábola del sembrador que dice:

4 Juntándose una gran multitud, y los que de cada ciudad venían a él, les dijo por parábola: 5 El sembrador salió a sembrar su semilla; y mientras sembraba, una parte cayó junto al camino, y fue hollada, y las aves del cielo la comieron. 6 Otra parte cayó sobre la piedra; y nacida, se secó, porque no tenía humedad. 7 Otra parte cayó entre espinos, y los espinos que nacieron juntamente con ella, la ahogaron. 8 Y otra parte cayó en buena tierra, y nació y llevó fruto a ciento por uno. Hablando estas cosas, decía a gran voz: El que tiene oídos para oír, oiga.

Lucas 8:4-8

Y la interpretación dada también por el maestro:

11 Esta es, pues, la parábola: La semilla es la palabra de Dios. 12 Y los de junto al camino son los que oyen, y luego viene el diablo y quita de su corazón la palabra, para que no crean y se salven. 13 Los de sobre la piedra son los que habiendo oído, reciben la palabra con gozo; pero éstos no tienen raíces; creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba se apartan. 14 La que cayó entre espinos, éstos son los que oyen, pero yéndose, son ahogados por los afanes y las riquezas y los placeres de la vida, y no llevan fruto. 15 Mas la que cayó en buena tierra, estos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia.

Lucas 8:11-15

La interpretación de la parábola del sembrador

El sembrador es Jesucristo, quien el Padre envió para sembrar la semilla en los corazones que estuvieran dispuestos a escuchar (Mateo 13:37). La simiente que siembra es la palabra de Dios, de la que siempre hablo, porque no habló sus propias palabras sino las que escuchaba del Padre, para darlas a conocer a todos. (Lucas 8:11).

Los que son sembrados junto al camino (Mateo 13:3; Marcos 4:4). Son los que escuchan la doctrina del reino y no la entienden; por lo cual viene el  Maligno y la quita de estos oyentes. Satanás quita lo que ha sido sembrado utilizando a los familiares, amigos, etc. (Mateo 13:19; Marcos 4:15; Lucas 8:12). Es importante tomar en cuenta, que estos no se involucran realmente en el conocimiento, buscando entender las cosas. Ya que lo que son faltos de sabiduría la podemos pedir a Dios.

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Video sobre la parábola del sembrador

Los que cayeron entre pedregales. (Mateo 13:5,6; Marcos 4:5,6). Son aquellos que oyen la Palabra de Dios, y la reciben con gozo, pero cuando viene la persecución por la doctrina desfallecen. (Mateo 13:20,21; Marcos 4:16, 17; Lucas 8:13). Las pruebas no nos permiten ver la realidad de las cosas, nuestros ojos están nublados por las adversidades, y no podemos practicar una fe verdadera siendo protegidos por Dios.

Y los que fueron sembrados entre espinas (Mateo 13:7; Marcos 4:7). Son los que escuchan y aceptan la doctrina de Jesús, pero viven ahogados por las preocupaciones, riquezas y placeres de la vida presente, y no viven la Palabra de Dios. (Mateo 13:22; Marcos 4:18, 19; Lucas 8:14). Hay muchas cosas que guarda este mundo y nos puede ahogar, en apariencia como las rosas son hermosas, pero sus espinas nos pueden atrapar y herir.

Y por último los que son sembrados en buena tierra. (Mateo 13:8; Marcos 4:8; Lucas 8:8). Son los que oyen la doctrina del reino, la guardan en su corazón y producen fruto constante (Mateo 13:23; Marcos 4:20; Lucas 8:15). Estos debemos buscar ser, ya que cuando escuchamos no tardamos en practicar, en comprobar si lo que dice Dios y su Hijo es verdad. Si así puedo recibir lo que necesito, no lo que deseo, sino lo que ha sido dispuesto por mi Padre para que disfrutemos de la Vida que nos da.

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