Sin duda alguna la vida es más sencilla con muchos de los objetos que hoy utilizamos, también nos han ayudado a optimizar tareas que antes hubieran tardado mucho tiempo en llevarse a cabo. Pero qué tanto dependemos de ellas en nuestro desarrollo personal. Así como tienen sus beneficios, pueden estar consumiendo mucho de nuestro tiempo y nos desvían de las cosas que son importantes en nuestra vida.
El desapego, según la Biblia, se refiere a la renuncia a la codicia y la búsqueda de la riqueza material como el objetivo principal de nuestras vidas. En lugar de enfocarnos en la acumulación de bienes terrenales, la Biblia nos anima a centrarnos en la búsqueda del reino de Dios y su justicia (Mateo 6:33). Esto significa que debemos poner a Dios en el centro de nuestras vidas y confiar en Él para nuestras necesidades materiales.
Dios no está peleado con que podamos poseer y que hallemos la riqueza. Pero siempre hay que estar atentos sobre lo que son nuestras prioridades. Si no nos damos el tiempo a realizar este análisis, sin darnos cuenta habrá otras cosas que se vuelvan nuestra prioridad sin nuestro permiso.
La Biblia nos habla del desapego
1. Mateo 6:19-21
“No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido destruyen y donde ladrones penetran y roban; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido destruyen y donde ladrones no penetran ni roban. Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.”
Las posesiones terrenales son temporales y pueden desaparecer en un abrir y cerrar de ojos. En cambio, debemos invertir en cosas eternas que perdurarán. Y no solo es esforzarse en promesas que no vemos, estas a su vez también nos ayudarán en nuestro día a día a mantenernos enfocados, con disciplina que nos proporciona la palabra de Dios y sus mandamientos.
2. Lucas 12:15
“Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.”
Nuestra vida no debe estar definida por todo lo que podemos adquirir, o la vida cómoda que llevamos. La trampa de la avaricia es siempre querer más y nunca estar satisfechos, así que nuestro valor lo podemos considerar desde la perspectiva de Dios, en las obras que hacemos para ayudar a los demás.
3. 1 Timoteo 6:6-7
“Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento, porque nada hemos traído a este mundo y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto.”
Vivir conformes y contentos con lo que tenemos, no es lo mismo que ser conformista. El conformista es el que no se esfuerza y justifica su falta de esfuerzo, en su propia condición. Pero el vivir conforme, es tener satisfacción donde quiera que estemos. A veces los afanes de la vida nos mantienen sin descanso y sin paz. El vivir contento es también ser agradecido con Dios por lo que nos concede.
Beneficios del Desapego
Ahora que hemos examinado lo que dice la Biblia sobre el desapego a las cuestiones materiales, es importante comprender los beneficios prácticos que esto puede aportar a nuestras vidas.
1. Paz Interior
Cuando nos desapegamos de la búsqueda obsesiva de la riqueza material, experimentamos una paz interior que proviene de confiar en que Dios proveerá para nuestras necesidades. Esto reduce el estrés y la ansiedad relacionados con la preocupación constante por el dinero.
2. Mayor Generosidad
El desapego nos permite ser más generosos con los demás. Cuando no estamos obsesionados con acumular riqueza para nosotros mismos, podemos compartir más libremente con aquellos que están en necesidad.
3. Enfoque en lo Eterno
Al desapegarnos de las cuestiones materiales, dirigimos nuestro enfoque hacia lo eterno. Nos damos cuenta de que la verdadera riqueza se encuentra en una relación cercana con Dios y en invertir en el reino celestial.
Dios proveerá de todo lo necesario que tengamos en las cuestiones materiales, emocionales y espirituales, así que te invitamos a descubrirlo. Cuando te encuentres angustiado por algo material, deja esa carga y confía en Dios que Él proveerá. Nuestra riqueza la podremos definir desde lo que tenemos con Dios y no desde lo que podemos tener en la parte material.