¿Qué es lo más valioso que tienes? Será, ¿una joya, un metal precioso, un auto, una casa? en aquello que llamamos “mí tesoro” podríamos entender una cantidad de dinero, valores u objetos preciosos, pero bien la biblia nos enseña que lo más valioso que tenemos es la VIDA, aunque se nos otorgó gratuitamente debemos cuidar, proteger y velar por ella. Sobre toda cosa guardada guarda tu corazón; Porque de él mana la vida. Proverbios 4:23.

El corazón nos indica en qué debemos poner nuestras fuerzas y tiempo, pero debemos tener cuidado porque, “el corazón es engañoso” por eso no podemos tomar decisiones solos. Siempre debemos pedir la dirección de Dios y ser guiados por el Espíritu Santo para siempre conservar nuestra integridad e identificar aquel tesoro que nos dará fruto en está vida y el la venidera.

Nuestra vida, se va llenando de logros por medio de la bendición de Dios y la recompensa del esfuerzo diario, es importante disfrutar y tomarse el tiempo para gozar de aquella dicha. Yo he conocido que no hay mejor para ellos, que alegrarse, y hacer bien en su vida:  Y también que es don de Dios que todo hombre coma y beba, y goce el bien de toda su labor. Eclesiastés 3:12-13 Asimismo, á todo hombre á quien Dios dió riquezas y hacienda, y le dió también facultad para que coma de ellas, y tome su parte, y goce su trabajo; esto es don de Dios. Eclesiastés 5:19. 

Pero debemos tener cuidado con aquellos tesoros en la tierra, pues en su búsqueda podemos corromper nuestro corazón y descuidar del trabajo frecuente, nuestra obediencia a Dios al grado de llevarnos a perder nuestro tesoro en el cielo, ese tesoro que es incorruptible y que nadie puede robarlo. Mateo 6:19-21

Algo que nos ayudará a no desviarnos de la búsqueda y conservación de nuestro tesoro en el cielo, es definir aquella cantidad adecuada, sin sobrar, para lo que se necesita, buscando las cosas que nos otorguen bienestar y satisfaga nuestras necesidades básicas, lo necesario para subsistir y permita gozar de la vida. Cada uno determine lo que es  suficiente, pero recuerda no hacerlo solo, sino de la mano de Dios reconociendo que de Él proviene todo.

De lo contrario, si no hay un límite, no podremos disfrutar de lo poco o mucho que tengamos en nuestras manos, siempre buscaremos aumentar nuestros bienes, pero nunca será suficiente y en esa búsqueda incansable nos perderemos. Sembráis mucho, y encerráis poco; coméis, y no os hartáis; bebéis, y no os saciáis; os vestís, y no os calentáis; y el que anda á jornal recibe su jornal en trapo horadado. Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad sobre vuestros caminos. Hageo 1:6-7

Finalmente, recuerda que todo lo que tenemos proviene de Dios, Él nos permite disfrutar y debemos administrar nuestros recursos de tal manera que sea suficiente para nuestras necesidades y aún más, el poder ser un medio de bendición para los demás, es decir ayudar en una buena obra. Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra 2 Corintios 9:8

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