Durante un periodo de cautividad del pueblo de Israel el profeta Jeremías advierte sobre las consecuencias de no reconocer sus propios errores. Confundidos los escribas que se encargaban de transcribir fielmente la ley de Dios. Eran llamados mentirosos, porque ahora dejaron de tener buen juicio, comenzaron a interpretar a su manera la palabra de Dios, y aunque querían curar las heridas del pueblo, lo hacían de forma superficial y no podían ver sus propios errores, en su engaño pensaban que estaban haciendo la voluntad de Dios.

8 ¿Cómo decís: Nosotros somos sabios, y la ley de Jehová está con nosotros? Ciertamente la ha cambiado en mentira la pluma mentirosa de los escribas. 9 Los sabios se avergonzaron, se espantaron y fueron consternados; he aquí que aborrecieron la palabra de Jehová; ¿y qué sabiduría tienen? 10 Por tanto, daré a otros sus mujeres, y sus campos a quienes los conquisten; porque desde el más pequeño hasta el más grande cada uno sigue la avaricia; desde el profeta hasta el sacerdote todos hacen engaño. 11 Y curaron la herida de la hija de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz. 12 ¿Se han avergonzado de haber hecho abominación? Ciertamente no se han avergonzado en lo más mínimo, ni supieron avergonzarse; caerán, por tanto, entre los que caigan; cuando los castigue caerán, dice Jehová. 13 Los cortaré del todo, dice Jehová. No quedarán uvas en la vid, ni higos en la higuera, y se caerá la hoja; y lo que les he dado pasará de ellos. Jeremías 8:8-13

Este es un claro ejemplo de cómo podemos confundirnos si estamos haciendo lo correcto o no. entonces ¿qué podemos hacer para no tener esta confusión? Todos nosotros necesitamos transformarnos, pero no a nuestro propio entendimiento, sino al que nos da Jesucristo por medio de su evangelio.

No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Romanos 12:2

28 Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al primero, le dijo: Hijo, ve hoy a trabajar en mi viña. 29 Respondiendo él, dijo: No quiero; pero después, arrepentido, fue. 30 Y acercándose al otro, le dijo de la misma manera; y respondiendo él, dijo: Sí, señor, voy. Y no fue. 31 ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Dijeron ellos: El primero. Jesús les dijo: De cierto os digo, que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios. 32 Porque vino a vosotros Juan en camino de justicia, y no le creísteis; pero los publicanos y las rameras le creyeron; y vosotros, viendo esto, no os arrepentisteis después para creerle. Mateo 21:28-32 

Si queremos hacer su voluntad necesitamos hacer lo que él nos enseña, así que algunos de estos puntos son:

1.- El reino de Dios siempre debe estar en nuestras prioridades. Así como lo enseña Cristo en Mateo 6:33 “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Grandes recompensas tenemos si lo tenemos en nuestras prioridades.

2.- Necesitamos de nuestro guía espiritual: El Espíritu Santo debe ir como un GPS que nos ayude a ubicarnos en nuestros caminos, e igualmente que su trabajo en nosotros permitamos que sea nuestro guía. Andemos en Espíritu.

25 Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. 26 No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros. Gálatas 5:25,26

3.- Obedecer las instrucciones de Dios, así sea algo que no esperábamos. Hasta que llevamos a cabo el cumplimiento de sus mandamientos, nos damos cuenta de sus beneficios, nuestros sentidos son abiertos para percibir su grande Misericordia, a veces quisieramos entender todo antes de obedecer, pero el entendimiento viene por la obediencia.

Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. 4 El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; 5 pero el que guarda su palabra, en este verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él. 6 El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo. 1 Juan 2:3-6

4.- Entrega tus emociones y sentimientos a quien puede ayudar a dominarlos. Si somos confundidos por nuestros propios pensamientos, sobre si una cosa está bien o mal, si es justa o no. Entonces no podemos dejarnos dominar por nuestra alma. Necesitamos los pensamientos de Cristo y poder tener su fruto para no ser engañados y que podamos guiar a otros hacia la verdad.

24 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. 25 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. Mateo 16:24,25

5.- ¿Sigues en la comodidad? sal de ella. Cuanto más rápido salimos de la comodidad, mejor comprobaremos los cambios que podemos producir en nuestra vida diaria. El beneficio de dejarnos guiar por el espíritu de Dios es tener paz y prosperidad. La protección de Dios en nosotros. Dios quiere perfeccionarnos y eso requiere de un esfuerzo diario, tenemos mucho potencial porque somos hijos de Dios y por medio de Cristo nos enseña a tener una nueva vida.

6 .- Creer – Confiar – Tener fe. La fe de Cristo es nuestro ejemplo a seguir, en cada aspecto, situación, prueba. Jesús siempre se refugió en su Padre, y por esta obediencia Dios le protegió y le dio de su espíritu para enfrentar toda adversidad, ser confirmado como el camino a la salvación para muchos, y ahora nosotros creemos que Cristo es el medio por el que llegaremos a Dios.

Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. Hechos 4:12

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