Viviendo en una ciudad de más de 120 millones de personas, es muy fácil contaminarse con las ideas que se tienen en una nación que ha estado influida por años de historia, mezcla de culturas y tradiciones -unas propias y otras heredadas- cosa en la que podemos visualizar confusión y falta de identidad. En México, una de las cosas por las que más se caracteriza su gente es por ser amistosos y serviciales; pero algo pasa cuando nos tenemos que ayudar entre nosotros mismos, pareciera que cuando hay un buen plan para salir del hoyo tenemos algo arraigado que nos impide ayudar y nos jalamos unos a otros para no salir.
Con el tiempo este pensamiento ha ido cambiando; pero tenemos más de 520 años arrastrando un cúmulo de errores que nuestros antepasados han cometido, haciendo a un lado la corrupción y el mal manejo de los sistemas administrativos, nos vamos a concentrar por un momento en lo que individualmente hemos permitido.
Cuando se piensa demasiado en uno mismo, se pierde la perspectiva de las cosas y se destruye la relación con los demás. Una investigación publicada en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, revela que la región de nuestro cerebro donde se aloja el egoísmo se ubica en la amígdala basolateral, una zona que controla respuestas instintivas de supervivencia, estas respuestas tienen mucho que ver con el egoísmo o la auto-procuración.
Vivimos en la época del “Yo”, creyendo que sólo uno mismo tiene el poder, que todo gira a nuestro alrededor y que somos capaces de salir adelante por nosotros mismos, sin ayuda, las fuerzas que tenemos son suficientes para cargar con las responsabilidades que tenemos.
Así que el egoísmo puede desarrollar temores y miedos, desconfianza en las personas y un círculo donde la verdad no se asoma porque no hay quien la manifieste. Nuestros miedos no nos permiten mostrarnos necesitados, todo lo podemos hacer solos y no hay quién nos pueda ayudar a resolver nuestros problemas, nuestra cultura está muy influida por estos pensamientos negativos; pero gracias a Dios nos muestra una forma de actuar ante esta situación.
Amplía tu visión
Para ampliar nuestra visión debemos saber que las cosas que se presentan en una nación y en el mundo se deben a malas acciones del ser humano; por ejemplo: somos responsables de que los recursos naturales se estén acabando; también que mucha fauna silvestre se esté extinguiendo; y en forma particular somos responsables de permitir la corrupción, la envidia, el odio y la codicia. El ser egoísta es pensar que no hay en nosotros responsabilidad de estos malos sentimientos en los demás; al ser parte de una nación o un pueblo debemos responder por las acciones de los demás.
¿No has sabido, no has oído que el Dios del siglo es el SEÑOR, el cual creó los términos de la tierra? No se trabaja, ni se fatiga con cansancio; y su entendimiento no hay quien lo alcance. El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.
“Los jóvenes se fatigan, y se cansan; los niños flaquean y caen; pero los que esperan al SEÑOR tendrán nuevas fuerzas; levantarán las alas, como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.” (Isaías 40:28-31).
Esta es una de las enseñanzas de nuestro Dios por medio de sus profetas, si queremos mejorar nuestra situación, primero debe ser de manera personal. Si somos egoístas debemos aceptar que sólo hay un Dios, el cual nos transmite sabiduría para nuestro beneficio y ha estado ahí desde el principio de los tiempos. Él es el que nos da fuerza y nos levanta cuando necesitamos ayuda. En nuestra sociedad, los problemas son constantes, es tiempo de acercarnos a Él.
Tenemos una promesa, tener una visión amplia de las cosas, donde nos daremos cuenta que no estamos solos, como aquel ser egoísta que piensa que “él es el punto central del universo”. Dependemos de los demás para salir adelante, la visión nos permitirá ver las necesidades de los demás y también la forma en cómo ayudarlos, la caridad es el vínculo que nos puede acercar más a nuestro Creador.
“Probada es toda palabra de Dios; Él es escudo para los que en Él se refugian.” (Proverbios 30:5).
Una visión amplia nos permitirá pensar e idear formas que buscarán ayudar a los demás, no sólo ver por nuestras necesidades, ideas de unión y de compasión por los que más lo necesitan. Según datos estadísticos del CONEVAL, vivimos en un país donde poco más de 50 millones de mexicanos viven en pobreza. http://www.coneval.gob.mx/Medicion/Paginas/PobrezaInicio.aspx
Así que esa visión nos dará elementos para ver grandes oportunidades en nuestro país; aunque somos muchos los que pensamos de forma diferente, los verdaderos cambios los lograremos con una nueva visión que nos promete nuestro Dios. Para tener esa visión hay una condición “…pero los que esperan al SEÑOR…”, esta condición nos pide esperar a que las cosas que para nosotros han sido preparadas tengan su cumplimiento, la vida está llena de oportunidades para ser mejores, para hacer a un lado el egoísmo y preocuparnos por la persona que tenemos a nuestro lado, y posteriormente la visión nos dará el poder para ver la necesidad de toda una nación, de todo el mundo.
“Nada hagáis por egoísmo o por vanagloria, sino que con actitud humilde cada uno de vosotros considere al otro como más importante que a sí mismo.” (Filipenses 2:3)
Por: Servidor de Dios