55 A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche. 2 ¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente, y comed del bien, y se deleitará vuestra alma con grosura. 3 Inclinad vuestro oído, y venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma; y haré con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes a David. 6 Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. 7 Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar. 8 Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. 9 Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. Isaías 55:1-13

Dios siempre ha llamado y utilizado los medios que necesitamos, para poder escuchar este llamamiento, porque su deseo es que podamos conocer las grandes bendiciones que tiene guardadas para nosotros. ¿Has escuchado este llamado? Siempre ha estado ahí, desde hace mucho tiempo han existido profetas de Dios, o personajes bíblicos como Noé y Abraham que hacían el llamado. Pero no muchos ponían atención a sus palabras.

Jesús es un profeta que se levantó del pueblo de Israel para que también cumpliera con este propósito.

37 En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.

Juan 7:37

En las palabras de Jesús hace nuevamente la invitación, que quien quiera acudir, lo haga para beber del agua que el nos da, esa agua que es un conocimiento, pero la característica es que nosotros debemos estar sedientos de escuchar, de conocer su palabra, conocer sus juicios y su verdad, si no conocemos esa necesidad de agua, aunque este enfrente de nosotros, seguiremos buscando lo que nos gusta y no lo que nos hace falta.

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7 todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice.

Isaías 43:7

Los llamados del nombre de Dios, los que creemos que hay un ser Supremo que se levanta en el universo y que domina todo lo que vemos. A estos sigue llamando, esperando con paciencia que escuchemos su voz.

6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Mateo 5:6

Así es como Jesús sigue llamando, porque no descansa, tal vez no lo veamos en nuestros tiempos, pero ahí sigue por medio de su palabra y su Espíritu Santo, la saciedad que nos da es principalmente espiritual, aunque Dios no nos deja de alimentar materialmente, su hijo nos muestra que hemos abandonado lo esencial de nuestro ser, para que esté bien nutrido y que nunca tenga sed.

35 Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás. Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera.  Juan 6:35, 37

Este pan y esta agua, se encuentran en el conocimiento de la palabra de Dios, un alimento diario que nos podemos permitir tener, “porque no solo de pan vivirá el hombre”, has analizado si nutres ese ser interior que necesita de esa agua y pan espiritual?, ¿Cuánto tiempo has dejado de alimentarlo? El tiempo pasa y no sabemos hasta cuándo tendremos la oportunidad de recibir y nutrirnos con este alimento, pero siempre recordemos que está la invitación.

Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Mateo 11:28

Y es así como sabemos de la efectividad del verdadero pan, que nos deja saciados y que podemos descansar de nuestros males, porque nos da paz interior, seguridad y firmeza en nuestras vidas en todas nuestras decisiones.

16 Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo. 1 Corintios 2:16

10 Y vino Jehová y se paró, y llamó como las otras veces: ¡Samuel, Samuel! Entonces Samuel dijo: Habla, porque tu siervo oye. 1 Samuel 3:10

43 Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. Lucas 12:43

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