“Empero Dios, habiendo disimulado los tiempos de esta ignorancia, ahora denuncia a todos los hombres en todos los lugares que se arrepientan:”. (Hechos 17:30)
Si analizamos un poco y con detenimiento las Escrituras, veremos EL PROPÓSITO DE DIOS PARA LOS HOMBRES : Dios no quiere que los hombres se pierdan, su amor por nosotros, su creación, la raza humana, es infinito. La demostración suprema de su amor divino fue personificada en su Hijo Amado .”Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en Él crea, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).
“Que no quiero la muerte del que muere, dice el Señor Jehová; convertíos pues, y viviréis” (Ezequiel18:32)
¿Qué es entonces lo que impide que los ricos sean salvos? Veamos la causa: “Porque el AMOR al dinero es la RAÍZ de toda clase de mal; y hay algunos que, por AMBICIONAR, se han desviado de la fe y han llenado de SUFRIMIENTO sus propias vidas” (1ª. Timoteo 6:10 Versión popular).
Los que aman el dinero y ponen en él su confianza, son los que tropiezan con la salvación de su alma (Lucas 12:15) Dios no ha prohibido la entrada a su reino a los ricos; son ellos los que se alejan de Dios confiados en sus riquezas.
¿El reino de Dios, es solamente para los pobres? Hay un mal entendimiento que es necesario aclarar; Muchos hombres y mujeres, creen que por el hecho de ser pobres en bienes materiales, tienen franca la entrada al reino de Dios. Ha habido en la Historia, ricos que se hicieron pobres para lograr tal objetivo; sin embargo todo esto es un lamentable error. Examinemos dos pasajes bíblicos mal entendidos: “ Bienaventurados los pobres en espíritu: porque de ellos es el reino de los cielos” (Mateo 5:3) “Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios los pobres de este mundo, ricos en fe, y herederos del reino que ha prometido a los que le aman? (Santiago 2:5)
¿Qué quieren decir exactamente estos dos pasajes? Primero: Mateo 5:3 no se refiere a la pobreza material, sino a la pobreza del alma; esto es en otras palabras , que todo aquel que no confía en sí mismo, ni se cree autosuficiente, y que al mismo tiempo reconoce su bajeza y su condición como hombre pecador, confía sólo en Dios, de quien obtiene todas las riquezas espirituales y las necesidades de su alma.
El segundo pasaje bíblico, alude a los pobres de este mundo, pero RICOS EN FE, los herederos del reino son pues, no los pobres por su pobreza, ni los ricos por sus riquezas, sino LOS QUE RECONOCEN SU NECESIDAD ESPIRITUAL Y LOS QUE SON RICOS EN FE, como dicen los textos bíblicos.
Examinando la parábola de la Red vemos una clara similitud con el análisis anterior: “Además, el reino de los cielos es semejante al tesoro escondido en el campo, el cual hallado, el hombre lo encubre, y de gozo de ello va, y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo” (Mateo 13:44). Este pasaje nos trae a la memoria otro con distinto personaje: “También el reino de los cielos es semejante al hombre tratante, que busca buenas perlas, que hallando una preciosa perla, fué y vendió todo lo que tenía, y la compró (Mateo 13:45,46).
Aquí vemos a los dos personajes ejemplificados: el Pobre, que vendió todo lo que tenía por adquirir el tesoro escondido en el campo; el Rico como ese negociante, que encuentra una perla excepcional, y hace lo necesario para poseerla. Ambos quieren tener el reino de los cielos, por lo mismo es necesario renunciar a todo para poseerlo.
FINALMENTE, concluimos diciendo que el reino de Dios es para pobres y ricos. No por ser pobres o ser ricos, tendrán acceso al reino de Cristo y de Dios, sino sólo podrán acceder aquellos que hagan la voluntad de nuestro Padre, ese será heredero. Dios no quiere que los hombres se pierdan, sino que se arrepientan de permanecer en el pecado.
Reedición Boletín Bethesda AÑO 16 No.535 08 DE MAYO DE 2010