Es sabido por muchos de nosotros los hechos que sucedieron un viernes de abril del 2017, en el cual murieron 4 chicos debido al accidente que tuvieron mientras el conductor estaba alcoholizado y conducía a más de 120 kms/h.

Como es obvio las familias de los fallecidos exigen que el conductor termine en la cárcel. Pero parafraseando a Ricardo Raphael (periodista y columnista de El Universal) ¿Por qué alguien se atrevería a conducir en estado inconveniente, a muy alta velocidad, por la avenida Reforma un viernes por la noche? ¿Qué desconexión con la realidad y sus consecuencias serían necesarias para arriesgar así la vida de cinco personas, incluida la propia? ¿Cuántas veces antes el conductor del BMW desafió las reglas —de la física o de la buena convivencia social— y salió bien librado?

De acuerdo a datos del mismo periodista, el padre de este muchacho de 33 años resultó ser un ex policía (dedicado en los 80’s a torturar), y luego un empresario defraudador. Con esta poca información suponemos algo que en los mandamientos está; que se castiga la maldad de los padres sobre lo hijos y no en un sentido en que se entienda que por la culpa del Padre, el Hijo pagó varios años después con su accidente; sino mas bien en el sentido que a falta de cultura bíblica, el padre no tuvo formas de enseñar o encauzar a su hijo a conductas moralmente más adecuadas.

La ausencia física de un padre es difícil; pero la ausencia emocional conlleva a los individuos a tener conductas autodestructivas como podemos comprender en esta tragedia.

Ahora bien, otro asunto que me llama la atención es el ataque que recibieron los acompañantes fallecidos por parte de cierto sector de la sociedad, indicando que por “golfas” (citando un adjetivo propio para difusión masiva) las dos chicas merecieron morir.

El caso del conductor del BMW y de las chicas es digno de analizarse con nuestro conocimiento en las Sagradas Escrituras. Jesús vino a rescatar lo que se había perdido (entre publicanos, ladrones, borrachos y prostitutas), pienso -de acuerdo a los evangelios-, que el Maestro sabía bien el pasado de quienes lo escuchaban; pero el enfoque de sus palabras estaba en salvarlos de las consecuencias de sus actos y que restauraran su vida.

Los invito amables escuchas a no usar de juicios contra acciones como esta, sino que esté en nuestro pensamiento siempre el cómo podríamos ayudar al desfallecido para restaurar su vida. Tal cual lo hizo Jesús.

Citas Bíblicas a estudiar:

Juan 4:16-19.

Juan 8:3-11

Éxodo 34:7

Fuente:

http://www.eluniversal.com.mx/entrada-de-opinion/columna/ricardo-raphael/nacion/2017/04/3/el-mirreynato-mata

 

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