“ Y no sólo ellas, mas también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, es a saber, la redención de nuestro cuerpo.”
(Romanos 8: 23)
Según Webster, el acto de redimir, rescatar, libertar; comprar por el favor de Dios y la muerte de Cristo, es a lo que se llama “Redención”.
Las enseñanzas de la Biblia nos permiten ver en este favor divino, el perdón de los pecados y la promesa de la Vida Eterna. El texto anterior y lo que se cita en Efesios 4:30, nos prueba que la redención en toda su plenitud no está completa, sino hasta que venga nuestro Señor Jesucristo por segunda vez y traiga consigo nuestro galardón. El perdón de pecados es para nosotros ahora; pero la redención de nuestro cuerpo será cuando seamos vestidos de inmortalidad; es decir, hasta la resurrección.
Por el escrutinio de la Palabra de Dios, nos vamos a dar cuenta que muchos pasajes apoyan la verdad que Pedro dijo al escribir: “Sabiendo que habéis sido rescatados… no con cosas corruptibles sino con la sangre preciosa de Cristo” (1ª Pedro 1:18,19). Pablo dijo también: “ Porque comprados sois por precio: glorificad pues a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios” (1ª Corintios 6:20).
La lectura de los textos anteriores nos relatan bendiciones espirituales tales como : redención, adopción, herencia, posesión adquirida, así como el misterio de la predestinación, y precisamente este último concepto quizás confunda a algunos. Por lo tanto, dedicaremos parte de este espacio a su consideración.
Es evidente que el plan de Dios estaba en su mente desde antes de la fundación del mundo, habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos por Jesucristo” (Efesios 1: 4,5), esto mismo fue revelado a Abraham con otras palabras: “En tu simiente serán benditas todas las gentes de la tierra.” (Génesis 22: 18). Comparando Juan 8:56 y Gálatas 3:16, vemos claramente que la simiente prometida era Cristo, El vino a ser una bendición a todas las naciones, y su obra redentora fue retroactiva.
Era difícil para los judíos y algunos de los cristianos primitivos darse cuenta que los gentiles podían ser salvados también como los fieles de la Simiente literal de Abraham. Todos deben entrar por la fe. Pedro tuvo una visión especial de Dios al mostrarle “ que Dios no hace acepción de personas”.
Debemos evitar perder de vista que Pablo al escribir a los gentiles de Efeso les está mostrando que ese era el plan de Dios, que ellos también vinieran a ser participantes de la familia de Dios. En Efesios 3:1-8 menciona a los gentiles tres veces, habla de la gracia concedida a ellos por medio de Jesucristo, les revela el misterio de Cristo, que en otros siglos no fue dado a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado, “que los gentiles sean juntamente incorporados y consortes de la promesa de Cristo por el evangelio”. “Esto es la predestinación (predestinación: señalar de antemano) que Pablo consideró en la Epístola a los Efesios.
Valoremos este gran privilegio, esta gran dádiva divina y busquemos realizar o hacer frutos dignos de la vocación a la que hemos sido llamados.