Cuando pensamos en lo que diariamente tomamos por medio de nuestros sentidos, cuántas de esas cosas alimentan nuestro espíritu. Hoy en día ponemos atención a la alimentación y salud física. También está la información que abunda sobre el cuidado del alma, las emociones y los pensamientos. Pero ¿Conocemos qué es lo que necesita nuestro espíritu?

Nuestro Espíritu necesita alimento

Primero hay que saber que si nuestras emociones y pensamientos se familiarizan con el alma. Entonces qué corresponde a nuestro Espíritu. Y es que podemos confundirnos con estos conceptos. Pero esa confusión también es el reflejo de lo poco que conocemos sus necesidades, que hoy por el abandono de las cosas espirituales, nuestro ser se aflige y enferma. Hoy existe mucha información y áreas de la ciencia que se ocupan en darle forma y explicación a estas necesidad, pero quién más para enseñarnos de nuestro espíritu, sino el Padre de Espíritus que es Dios.

Tuvimos padres terrenales para disciplinarnos, y los respetábamos, ¿con cuánta más razón no estaremos sujetos al Padre de nuestros espíritus, y viviremos? Hebreos 12:9

Nuestro Espíritu viniendo de Dios, debemos pensar que Él nos creó en todo lo que somos, tanto lo material como lo metafísico. En esa creación nos concibió con todo lo mejor de Él. Porque lo que es concebido por Dios, es amor. Así que nosotros en lo profundo de nuestro ser, está escrito esta virtud de Dios, que se puede conectar con lo que pensamos y sentimos, pero que va más allá de todo entendimiento humano. 

Es como querer comprender el amor natural que tienen los padres hacia los hijos. O el deseo de poder ayudar a los demás en sus necesidades. La búsqueda de paz y la conexión que tenemos hacia la naturaleza. Aún que no te gusten los niños, o prefieras estar en otro lugar fuera de la naturaleza, eso está escrito en nosotros, tal vez no lo has descubierto, pero nos hemos alejado de todas estás cosas, por lo que este mundo nos ha dejado.

Es como si fueran heridas que no sanan, que hemos tratado de suplir con las cuestiones materiales o los afanes de esta vida. Pero en la naturaleza del hombre, demandan la necesidad de poder experimentar ese amor de Dios.

El amor, un alimento espiritual

7 Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. 8 El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. 1 Juan 4:7

El amor va más allá de lo que puedas entregar con tu cuerpo físico, no podemos limitar a esto el amor de Dios. Lo podemos experimentar primero teniendo pensamientos de amor, pensar que somos eso, y que lo podemos compartir a los demás sin ninguna condición.

Ahora podemos pensar en las obras que hizo Jesús cuando estuvo en su servicio al mundo. Sus prácticas y pensamientos fueron uno con su Padre Celestial, compartir del amor de Dios a la humanidad. Así fue desde el principio y la necesidad principal en nuestros días. El alimento espiritual más grande, es ser uno con Dios, en pensamiento y acción. 

17 Por eso el Padre me ama, porque yo doy mi vida para tomarla de nuevo. 18 Nadie me la quita, sino que yo la doy de mi propia voluntad. Tengo autoridad para darla, y tengo autoridad para tomarla de nuevo. Este mandamiento recibí de mi Padre. Juan 10:17,18

Dar la Vida por los demás es el alimento espiritual que practicó Jesús, y que ese conocimiento nos da para que logremos nuestra sanidad y bienestar interior. Así que tomemos nuestro alimento espiritual y practiquemos las cosas que dejó Jesús para que sigamos su ejemplo.

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