Te has preguntado en algún momento:
¿Por qué suele haber un alto grado de desagrado?
¿Por qué hay “peleas”?
¿Por qué continúan los estados internos donde la paz no se ve reflejada?
Existe un alto nivel de idealismo combinado con amor. En muchas ocasiones, ese idealismo va en contra de la realidad, y es entonces cuando aparece ese desagrado y sobresaltan las “peleas”. Esto sucede porque los otros o las circunstancias van en una línea distinta a la nuestra; porque “TÚ NUNCA HARÍAS ESO”, porque “TÚ LO HARÍAS DIFERENTE”. Y claro que lo harías diferente, porque existe una gran diversidad humana, y eso es lo que te hace especial y único delante de los ojos del Padre, pero también, parte de su Creación PERFECTA.
Nuestro Creador nos declara lo bueno y correcto delante de sus ojos, y nos exhorta a:
hacer justicia, amar la misericordia y humillarnos ante Él.
Miqueas 6:8
Somos seres evolucionados, seres que hemos pasado por una serie de tormentas, de diluvios, que nos dejaron marcados por el dolor, el desprecio, la tristeza, el resentimiento y el miedo, pero también nos han dejado enseñanzas que trascienden todos los contextos terrenales y llegan hasta lo celestial.
Uno de esos grandes aprendizajes es el AMOR. Los seres humanos espirituales han vencido el alto grado de miedo: miedo a ser dañados, miedo a ser decepcionados nuevamente. El amor integrado está en nuestro ADN. Continuemos evolucionando y liberémonos para expresar aquel AMOR que nos enseñó en vida terrenal nuestro hermano MAYOR, nuestro SALVADOR JESUCRISTO, recordando que Él continúa con vida celestial, practicando esos propósitos eternos: amarnos y amarse.
Juan 15:12
AMÉN