¿Hubo un momento que tus problemas se multiplicaron?, ¿sentiste que el mundo estaba en tu contra?, ¿que tus oraciones no eran escuchadas?, incluso llegaste a pensar que ¿Dios te abandono por que no encontrabas una respuesta a tus adversidades?. Salmos 3:1-2, Salmo 22:1-2

Es del corazón que salen aquellos pensamientos buenos y malos, y la recomendación es cuidarlo ya que de él mana la vida. Pero cuando se está viviendo un momento de angustia es cuando generamos ansiedad al corazón y viene a engañarnos al hacernos sentir solos. Salmo 13:1-4. Debemos tener cuidado de lo que surge del corazón que si bien de ahí nace el amor también puede germinar la mentira y la perversión. “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso Jeremías 17:9”

Debemos reconocer que el hombre material tiene limitaciones, que ante una aflicción, problema o enfermedad solo logramos ver lo que está delante de nuestros ojos, es decir; ver las causas y suele incrementar la gravedad del problema, y es cuando sumamos al problema lamentaciones, reproches, la falta de fe. Y Jehová respondió á Samuel: No mires á su parecer, ni á lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová mira no lo que el hombre mira; pues que el hombre mira lo que está delante de sus ojos, más Jehová mira el corazón.  1 Samuel 16:7

Hoy quiero recordarte al profeta Eliseo y su siervo su problema fue que eran buscados por el Rey de Siria para matarlos, perseguidos por un ejército, con gente de a caballo y carros, es cuando el siervo del profeta se siente solo y con miedo, sus ojos logran ver el número de personas que querían matarle, las armas con las que iban a herir su cuerpo y no ver quien pueda auxiliarlos para librarlos de la muerte. Entonces su criado le dijo: ¡Ah, señor mío! ¿qué haremos? 16 Y él le dijo: No hayas miedo: porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos. 17 Y oró Eliseo, y dijo: Ruégote, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del mozo 2 Reyes 6:8-17

Finalmente es el hombre quien agrava las aflicciones al poner a la vista el tamaño de nuestro problema, lejos de ver la solución y hacer menos el poder de quien es nuestra fortaleza y nuestro Guía. Por eso la invitación es a abrir los ojos del entendimiento para ver la gloria y el poder de DIOS. Alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál sea la esperanza de su vocación, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál aquella supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, por la operación de la potencia de su fortaleza, la cual obró en Cristo, resucitándole de los muertos, y colocándole á su diestra en los cielos.  Efesios 1:18-20

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