Cuando ya sabemos que los problemas en los ojos de Dios son vistos de una manera diferente a nuestros ojos, hay que aceptar que solos no podemos llevar nuestros problemas, entre más nos empeñamos en resolverlos solos, podríamos alejar más la salida y solución a los mismos.
Tenemos una hermosa invitación de Jesucristo que nos dice:
“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”.
Mateo 11:28-30
Esta invitación es para todos, para justos y pecadores. Puesto que la necesidad la conoce Dios, este mundo está cargado de pesares en la vida y Dios puede suplir todo lo que nos sea menester. Nuestras cargas las ponemos sobre Jesús y él a cambió nos da un yugo fácil y ligero de llevar. En nuestro corazón se llenaría de humildad y mansedumbre, si aceptamos está invitación de Cristo. Con este intercambio ¿Quién lo podría rechazar?
En nuestras manos está el cambio de vida, las adversidades siempre han estado, desde tiempos antiguos, las guerras, enfermedades, terremotos, injusticias, etc. Pero Dios no quiere que suframos estas consecuencias, él quiere protegernos y cuidarnos, los planes que tiene para nosotros son maravillosos y de mucha bendición.
Porque Yo sé los planes que tengo para ustedes”, declara el Señor, “planes de bienestar y no de calamidad, para darles un futuro y una esperanza.
Jeremías 29:11
El costo del discipulado
Hay mucha diferencia y un gran trecho en los que toman la iniciativa para que sus problemas cambien y los que no lo hacen, tu puedes ver en el mundo que los problemas abundan, pero las respuestas son diferentes y lo que quiere Dios junto con su hijo Jesucristo es que las cargas pesadas que solemos cargar, y que son consecuencia de nuestras decisiones, puedan ser intercambiados por un evangelio de paz y justicia.
Cuando Cristo llamó a sus discípulos, cada uno de ellos tenía sus propios problemas y necesidades y el Maestro de Galilea les hace el llamado, ellos no estaban conscientes de qué conllevaba ser un seguidor de Cristo, pero Él les hace saber que había que dejar todas sus cargas y necesidades en Cristo, Él les enseñaría cómo lograr la libertad guardando sus mandamientos y la fe en Cristo.
Lucas 14:25-35
Para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos: que hace que su sol salga sobre malos y buenos, y llueve sobre justos é injustos.
Si queremos que nuestra vida cambié, Cristo hace la invitación para asumir la responsabilidad y cambiar para bien, perfeccionarnos para vida eterna. Nadie más puede tomar esa invitación por nosotros, Jesús siempre nos infundirá confianza y ánimo para seguir adelante y para que tomemos las decisiones correctas.
Porque vosotros erais como ovejas descarriadas; mas ahora habéis vuelto al Padre y Obispo de vuestras almas.
1 Pedro 2:25
Era nuestra condición antes de que supiéramos que había un Maestro, alguien que me limpiaba de mis pecados, andábamos sin alguien en quien pudiera echar todas mis cargas, ahora que lo conocemos no dudemos de aprovechar su invitación y poder disfrutar de sus bendiciones.