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La bendición del conocimiento de Dios

La Importancia de Profundizar en el Conocimiento Verdadero

Hoy en día, debido a la gran cantidad de conocimiento rápido al que podemos acceder, nos resulta difícil profundizar en el aprendizaje. En la situación que atravesamos, es necesario analizar las ventajas o riesgos que tenemos, ya que es de suma importancia toda la sabiduría e inteligencia que podamos adquirir.

Podemos conocer muchas cosas de diversos temas sin profundizar, y eso permitirá que, cuando percibas algo relacionado, tu cerebro pueda establecer una conexión con lo que ya has aprendido. Ahora, ¿qué sucede cuando de un conocimiento no solo sabes un detalle, sino que comprendes el fundamento que lleva a una determinada conclusión? Entonces no solo relacionas, sino que analizas y razonas para entender cómo se llegó a ese conocimiento.

El Paralelo en la Palabra de Dios

En la palabra de Dios sucede algo similar: escuchamos o leemos sobre algún tema, pero solo captamos algo superficial. Así, no sentimos la necesidad de profundizar en él, y se queda solo así en nuestra mente, sin buscar el por qué, el cuándo, el cómo, etc. Dios tiene un fundamento y un propósito para todo lo que hace, y si buscas la raíz, comenzarás a sembrar el conocimiento que Él tiene para todos en su palabra.

Si te das cuenta, así puedes no solo saber datos, sino que se abre la puerta del conocimiento hacia la mente tan maravillosa que nos ha dado Dios.

Proverbios 4:5-8: “Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; no te olvides ni te apartes de las razones de mi boca. No la dejes, y ella te guardará; ámala, y te conservará. Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría; y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia. Engrandécela, y ella te engrandecerá; ella te honrará, cuando tú la hayas abrazado.”

“Adquirir” es una acción que requiere tu esfuerzo, no conformarte solo con lo que recibes, sino procurarlo en tu vida, dedicando tiempo, profundizando y razonando todo lo que lees, escuchas, ves y sientes. Esta es una de las grandes bendiciones que nos ofrece Dios al estudiar su palabra.

Un Ejemplo Práctico: Profundizando en las Palabras de Jesús

Imagina que escuchas a Jesús decir:

Mateo 7:21-23: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.”

Si nos quedamos solo con lo escuchado, podríamos decir: “Lo que Jesús quiere es que hagamos su voluntad”. Pero, ¿qué pasa cuando nos adentramos en el conocimiento que nos da nuestro Maestro? Aquí pongo un ejemplo:

  1. “Me dirán en aquel día”. ¿A qué día se refiere?
  2. La declaración de “Señor, Señor” es un reconocimiento a su autoridad, pero ¿qué implica que Él sea tu Señor?
  3. Tres acciones que se declaran como justificante para recibir el nombre del Señor: profetizar, echar fuera demonios y hacer milagros. Parecerían acciones dignas, pero el Señor no las recibe con agrado, ¿por qué? ¿Se podrían hacer estas cosas si Él no está con ellos? ¿Hay cosas falsas que se hacen sin la autoridad del Maestro?
  4. Y a pesar de todos sus esfuerzos por agradar a su Señor, Él les contesta: “Nunca os conocí”. ¿Qué hacían estos hombres para ser rechazados? ¿Dónde estaba su corazón?
  5. La última parte los llama “obradores de maldad”. Entonces, si las obras que en apariencia eran buenas en realidad eran maldad, las intenciones del corazón son lo que realmente importa, ya que las acciones pueden ser falsas.

Podríamos seguir profundizando, porque también buscaríamos bases bíblicas para lo que Jesús nos está diciendo. Con este tipo de ejercicios, nos damos cuenta del enorme beneficio de profundizar en el conocimiento de Dios.

Deuteronomio 4:6: “Guardadlos, pues, y ponedlos por obra; porque esta es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos, los cuales oirán todos estos estatutos, y dirán: Ciertamente pueblo sabio y entendido, nación grande es esta.”

Muchas veces, al quedarnos solo con lo que oímos y no prestar suficiente atención a Sus palabras, podemos estar haciendo las cosas a medias y, en consecuencia, no recibir Sus grandes bendiciones.

Conclusión y Próximo Tema

La parte complementaria de este tema será que, al estudiar, no solo se trata de estudiar, sino de mantenerse activamente en el Espíritu: la guía para no caer en la soberbia y vanidad de nuestros sentidos. Este tema lo compartiremos posteriormente, ya que el Espíritu nos dará el conocimiento suficiente para entender no solo lo literal de la palabra, sino lo espiritual y eterno de Dios, el único y sumo protector de Su palabra.

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