Ya hemos visto en un artículo acerca de la habitación de Dios, que fue algo que por voluntad de Dios fue permitido para cumplir fines específicos para con sus hijos. Queremos ampliar este estudio para ver más características de la construcción del templo físico que construyeron desde los tiempos de Salomón y que fue reedificado y hermoseado por Herodes; hasta que vemos la transición de este templo con nuestro Señor Jesucristo.

El templo que construyó Salomón tenía diversas características como: los muebles que estaban en el tabernáculo, un altar de oro, diez mesas con los panes de la proposición y diez candeleros de oro; igualmente tenía el lugar Santísimo, donde podía entrar sólo el sumo sacerdote una vez al año en la fiesta de las Expiaciones (1° Reyes 7:48-50 y 2° Crónicas 4:8).

Nuestro Dios nos enseña en la Biblia que, “lo que antes fue escrito para nuestra enseñanza fue escrito”; entendemos que tanto el tabernáculo como el templo, son una representación de las cosas celestiales, esto es el cielo y la tierra, porque el lugar santo donde oficiaban los sacerdotes es una representación de la tierra donde se encuentran los hijos de Dios, en el cual nos presentamos arrepentidos con Dios y ofrecemos nuestros sacrificios. El lugar Santísimo es una representación del cielo donde está Dios, para poder acceder a él, recordemos que sólo lo podía hacer el sumo sacerdote y una vez al año.

Cada parte que podemos estudiar del templo tiene una representación en sentido figurado, hay que poner atención en cada una para entender mejor la transición que hizo por medio de Jesucristo, vamos a ver algunas referencias del templo antiguo y el templo en nuestros días.

El tabernáculo que se construyó en el desierto, los muebles que existían dentro del santuario, los materiales y los que intervienen en la construcción del templo de Salomón, cumplen con su sentido figurado:

  • La persona del rey Salomón, tiene su figura en Jesucristo que dijo: “Sobre esta piedra edificaré mi iglesia; y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella.” (Mateo 16:18).
  • Los trabajadores que intervinieron en la construcción, tenemos su figura en los discípulos de Jesucristo que recibieron su doctrina y la predicación debajo de todo el cielo (1a Corintios 3:10).
  • En Hiram y los Sidonios que trabajaron con Salomón, tenemos figura al Apóstol Pablo y los gentiles que se unificaron a él en trabajo con la predicación del evangelio, y fueron incorporados a la buena oliva (Marcos 3:13,14; Efesios 4:11-13 y Romanos 11:13-24).
  • Como los albañiles tuvieron la responsabilidad de la construcción del templo y usaron cordel y plomada, así los edificadores del nuevo pacto han trabajado en la edificación del edificio espiritual que es la Iglesia. En este trabajo se han apoyado en el nivel que es la justicia divina y el cordel del juicio (Isaías 28:16-17).
  • En este templo encontramos dos columnas a la entrada, una a la derecha llamada Jachín que significa: Él establece. Otra a la izquierda con el nombre de Boaz que significa: En Él está la fuerza. (1°Reyes 7:21; 2° Crónicas 3:17). Con la primera encontramos la figura en Moisés, quien Dios utilizó para establecer sus leyes con el pueblo de Israel, también fue profeta y anunció que se levantaría otro profeta  que el pueblo debía escuchar. Con la segunda columna Boaz, tenemos la figura en Cristo, porque él sería nuestra fortaleza.

Así que si queremos entrar a la Iglesia de Dios, simbolizada en el templo de Salomón, tenemos que aceptar al gran legislador Moisés con todas sus leyes, y a Cristo con la sana doctrina que vino a enseñar para que todo aquel que en él crea no se pierda y pueda obtener vida eterna.

No penséis que yo os tengo de acusar delante del Padre; hay quien os acusa, Moisés, en quien vosotros esperáis. Porque si vosotros creyeseis á Moisés, creeríais á mí; porque de mí escribió él. Y si á sus escritos no creéis, ¿cómo creeréis á mis palabras?

Juan 5:45-47

La edificación de este  templo nos representa a todos los que creemos en Cristo y guardamos los mandamientos de Dios, cada uno de nosotros debemos ocuparnos en mantener este templo limpio para que pueda habitar el espíritu de Dios en el.


Si alguno violare el templo de Dios, Dios destruirá al tal: porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.

                                                                                                                                1a Corintios 3:17

¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?

                                                                                                                                1a Corintios 6:19

Articulo previo: La habitación de Dios

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