Acerca del infierno hay toda una cultura que lo rodea y que ha alimentado muchas ideas, diferentes grupos religiosos han interpretado a su manera sobre su propósito y sus características. ¿Pero qué nos enseña la Biblia sobre este tema?
Primero debemos entender que la palabra infierno no es una palabra Hebrea, es latina y significa lugar inferior, ésta palabra no aparece en los escritos originales. Con el significado de ésta palabra si hay otros conceptos que corresponden al mismo y son: Seol (Hebrero) y Hades (Griego). Estos tres conceptos en tres idiomas diferentes, según su significado podemos entender que es un sepulcro, pongamos versos con estos conceptos para entender su contexto y verificar realmente que se refieran al sepulcro:
- ¿Descenderá conmigo al Seol? ¿Nos hundiremos juntos en el polvo? Job 17:16 si leemos un poco antes de este verso, Job se refiere si su esperanza lo acompañaría al lugar donde sería sepultado, el Seol que es igual al infierno.
- Pero siendo profeta, y sabiendo que DIOS LE HABIA JURADO SENTAR a uno DE SUS DESCENDIENTES EN SU TRONO, miró hacia el futuro y habló de la resurrección de Cristo, que NO FUE ABANDONADO EN EL HADES, NI su carne SUFRIO CORRUPCION. Hechos 2:30, 31 El apóstol Pedro explica en ésta carta a sus hermanos que habían vivido el tiempo de aprehensión, crucifixión, muerte y resurección de nuestro Señor Jesucristo. Debían entender claramente lo que había sucedido, Jesucristo no fue abandonado en aquel sepulcro (Hades) en el que lo habían sepultado, un sepulcro que José de Arimatea le había cedido habiendo pedido el cuerpo a Pilato. Jesucristo fue sepultado y resucitado por el Padre.
- ¡Serpientes! ¡Camada de víboras! ¿Cómo escaparéis del juicio del infierno? Mateo 23:33 En este pasaje se utiliza el concepto de Gheena (concepto Griego) por infierno, y si cambiamos la palabra diría ¿Cómo escaparás del juicio del sepulcro? veamos la siguiente imágen de la Biblia interlinear para entender mejor cómo se utiliza el concepto del sepulcro en este pasaje.
Para las traducciones que se han hecho de la escritura es importante seguir ciertas reglas para no interpretar cada uno a su manera, una de las más comunes y sencillas de utilizar es el contexto del texto, una regla de la retórica que nos ayuda a llegar a todos a la misma idea.
El sepulcro es el lugar donde van todos los que mueren, no un lugar de tormento eterno como lo figura Dante Alighieri, y que es una idea que han adoptado muchos grupos religiosos sin un sustento bíblico. Así es como nacen los escenarios y personajes terroríficos que el mundo tiene para el infierno y lo que lo acompaña; las ideas en el que el infierno es el lugar de tormento eterno pueden confundir de la esencia del verdadero Dios, al que le gusta la paz y la vida no queriendo que nadie se pierda sino que todos gocemos de la hermosa creación que tiene para nosotros.
No dudamos que los demonios que nos narra la Biblia no sean desagradables, así como hay luz y seres de luz, también los hay para la oscuridad. Pero debemos recordar que si creemos que la obra de Dios es perfecta, también lo son los elementos que nos llevan al término de nuestros días y son según la versión que nos quiere contar nuestro Dios en su palabra.
Reiteramos que la creencia que nos transmite la Biblia no es la que nos describen otras culturas como la Griega, el pueblo judío del primer siglo, aunque tuvo influencia de otros imperios como el romano y el griego, nunca perdieron la dirección de sus creencias. Es verdad que los manuscritos más antiguos del Nuevo Testamento se escribieron en Griego, pero no quiere decir que por el uso del idioma se pueda abandonar la creencia que nuestro Dios nos enseña desde el principio de los tiempos. Así como nos enseña de un infierno o sepulcro donde van todos los muertos, nos enseña de una vida eterna para salvarnos de la muerte.
Describimos algunos datos sobre las creencias del mundo acerca del infierno:
Según las religiones del mundo, el Infierno es el lugar donde, después de la muerte, son torturadas eternamente las almas de los pecadores. Es equivalente al Tártaro de la mitología griega, y al Inframundo de otras religiones.
En la teología católica, el Infierno es una de las cuatro postrimerías del hombre. No se le considera un lugar sino un estado de sufrimiento. En contraste con el Infierno, otros lugares de existencia después de la muerte pueden ser neutros (por ejemplo, el Sheol judío), o felices (por ejemplo, el Cielo cristiano).
El hinduismo y el budismo creen en el Infierno, aunque sólo como escenario transitorio en el ciclo de reencarnaciones. En la antigua Grecia, Averno era el nombre antiguo que se le daba, tanto por griegos como romanos, a un cráter cerca de Cumas, Campania. Se creía que era la entrada al inframundo, a los Infiernos. Según el escritor griego Diodoro de Sicilia, el Averno sería un lago oscuro e inmenso.
Los griegos creyeron que las almas de los muertos permanecían en el Hades, al que se llegaba después de atravesar la laguna Estigia. Allí no sufrían otro tormento que el de su exilio y separación de sus seres queridos. Algunos podrían mostrarse arrepentidos de sus faltas, como lo imagina Homero, en su poema Odisea que hace descender a su héroe al Hades. Odiseo habla allí con sus camaradas muertos en la guerra de Troya y con su propia madre.
Ver también: La Biblia hablando sobre la vida eterna