Somos cercados por tiempo de cuarentena, así como en los días de diluvio donde Dios tuvo que purificar la tierra a causa de las prevaricaciones del mundo; así como cuando por 70 años fueron cautivos los israelitas en naciones extrañas. No podemos comparar lo que hoy nos sucede con el virus que se ha coronado en la mente de la humanidad, con lo que ocurría en el pueblo de Israel en aquellos sucesos; pero podemos aprovechar para recordar lo que el pueblo de Dios tuvo que sufrir para ser libertados del enemigo, así que es tiempo de coronar a Cristo en nuestros corazones.
Mas como los días de Noé, así será la venida del Hijo del hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día que Noé entró en el arca, y no conocieron hasta que vino el diluvio y llevó a todos, así será también la venida del Hijo del hombre. (Mateo 24:37-39)
Nosotros en los días de Noé.
Nuestro Señor Jesucristo le advertía a su pueblo de todo lo que estaba por venir: las pestes, terremotos, guerras y rumores de guerras que se acercaban para que su pueblo estuviera preparado. Jesucristo hace referencia a los días de Noé donde anunciaba el diluvio pero nadie le creyó, las gentes estaban interesadas en todo menos en Dios y su propia salvación, porque lo creían loco, no escucharon al pregonero de justicia que advertía de sus pecados para que todos se arrepintieran y pudieran ser salvos en el arca. Sólo ocho se salvaron, ¿te imaginas de toda la multitud que habitaba la tierra y sólo esa cantidad decidió escuchar a Dios y su llamado para ser parte de su pueblo? .
Los cuales en otro tiempo fueron desobedientes, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, cuando se aparejaba el arca; en la cual pocas, es a saber, ocho personas fueron salvas por agua. (1 Pedro 3:20)
Y ahora con Cristo nosotros tenemos oportunidad para subir en el arca, y ser parte de esos 8 que pasaron la tempestad hasta que la señal de la paloma retornó para indicar que las aguas habían bajado y hallaron tierra seca para descansar. Después que había llovido sobre la faz de la tierra por cuarenta días y cuarenta noches (Génesis 7:4), y todos los tripulantes del arca esperaban que pasara el diluvio para ver la recompensa de Dios, al bajar del arca encontraron una tierra purificada de maldad, una oportunidad más para ser fieles a Dios y sus mandamientos. Nosotros en estos momentos vivimos nuestros cuarenta días y cuarenta noches para meditar, estar más en contacto con nuestro Dios y tener una relación más cercana con Jesucristo.
Porque también Cristo padeció una vez por los injustos, para llevarnos á Dios, siendo á la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu. (1 Pedro 3:18)
Nosotros en los 70 años de cautividad.
¿Cuánto tiempo crees necesario ser llevado cautivo para convertirte a Dios de todo tu corazón? Para el pueblo de Israel nuestro Dios le concedió 70 años de cautividad. Años que fueron llevados a otra nación donde los profetas les habían avisado que serían los caldeos en llevarlos cautivos. Babilonia fue el imperio que pondría a prueba los corazones de todos los querían ser verdaderos hijos de Dios. Un pueblo que ya había sido dividido por la idolatría cometida en su interior.
Y toda esta tierra será puesta en soledad, en espanto; y servirán estas gentes al rey de Babilonia setenta años. Y será que, cuando fueren cumplidos los setenta años, visitaré sobre el rey de Babilonia y sobre aquella gente su maldad, ha dicho Jehová, y sobre la tierra de los Caldeos; y pondrela en desiertos para siempre. (Jeremías 25:11,12)
Años de cautividad que cumplieron su propósito sobre los que se arrepintieron y regresaron al buen camino. Porque Dios no quiere que su Iglesia ni el mundo se pierda, siempre tiene lecciones para nosotros; cuando hay leyes que se rompen hay consecuencias que se pagan y hoy el mundo vive su consecuencia.
Porque así dijo Jehová: Cuando en Babilonia se cumplieren los setenta años, yo os visitaré, y despertaré sobre vosotros mi buena palabra, para tornaros a este lugar. Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.(Jeremías 29:10,11)
Somos puestos en cuarentena para recordar que ahí siempre está nuestro Dios, poniendo la solución a nuestros problemas y enfermedades, nuestro Dios ha puesto en este tiempo a Jesucristo el justo (Menciono que somos puestos porque hay leyes y autoridades que respetar, los sábados e incluso las fiestas pueden verse limitadas debido a las medidas que los gobiernos han tomado para esta enfermedad).
HIJITOS míos, estas cosas os escribo, para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, á Jesucristo el justo; Y él es la propiciación por nuestros pecados: y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo. Y en esto sabemos que nosotros le hemos conocido, si guardamos sus mandamientos. (1 Juan 2:1-3)
Todo lo que antes fue escrito es para nuestra enseñanza, así que aprendamos de lo que vivió en tiempos pasados el pueblo de Israel, para que ahora nosotros no cometamos los mismos errores, no esperando que los días que una enfermedad como el Coronavirus donde nos encierran y limitan en nuestras casas por cuarenta días, se pudieran convertir en toda nuestra vida llevados en cautividad sin la libertad de alabar a Dios y estudiar de su palabra. O que se conviertan en los días donde nos anuncian subir al arca con Jesucristo y nosotros estemos más ocupados en los asuntos de nuestra Carne, que en los negocios del Padre.
Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conversad en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación: Sabiendo que habéis sido rescatados de vuestra vana conversación, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro ó plata; Sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación: Ya ordenado de antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postrimeros tiempos por amor de vosotros, que por él creéis á Dios, el cual le resucitó de los muertos, y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sea en Dios. (1 Pedro 1:17-21)
Aprovechemos el tiempo que Dios ha determinado para esta enfermedad, ya sean 40, 150 días o más para que las aguas bajen y podamos volver a tierra. Primero Dios que al término de estos días sean más los que creemos en el hijo como nuestro camino a la salvación, que haya más gente arrepentida y bajando a las aguas del bautismo. Que con todo nuestro corazón nos convirtamos a Él, dejando atrás el orgullo y la arrogancia que nos impiden ver nuestros errores. Que tengamos siempre el corazón abierto para recibir todo lo que proviene de Dios, los tiempos buenos y los malos, para considerar que hay en nuestros pensamientos, si realmente amamos a Dios o por conveniencia queremos ser sus hijos.
Acuérdense de lo que hizo el Señor su Dios con el faraón y con todos los egipcios, piensen en las grandes pruebas de las que ustedes fueron testigos, en las señales y prodigios, y en el gran poder que desplegó el Señor su Dios cuando los sacó de Egipto. Eso mismo hará el Señor con todos los pueblos a quienes ustedes temen. Además, el Señor enviará un tremendo pánico entre ellos, que acabará con los que hayan quedado con vida o se hayan escondido. Así que no tiemblen ante ellos, porque el Señor su Dios, el Dios grande y terrible, está con ustedes. Poco a poco el Señor irá expulsando a estas naciones; ustedes no podrán acabar con ellas de una sola vez, porque el número de bestias salvajes aumentaría a su alrededor y los atacaría. Pero el Señor su Dios pondrá estas naciones en sus manos e irá acabando con ellas hasta que sean destruidas.
Deuteronomio 7:15-23 DHH94PC
https://bible.com/bible/411/deu.7.15-23.DHH94PC
Que Dios nos siga bendiciendo con su palabra.