Han circulado muchas notas sobre una importante fuente que causa cáncer, un alimento que abunda en los supermercados y que ya mucho sabíamos sobre la forma de producción. Pero ahora mediante la OMS, La Organización Mundial de La Salud, se han declarado diversos productos alimenticios peligrosos para nuestra salud, y los coloca junto con el tabaco, el alcohol, el plutonio o el aire contaminado. Ahora las etiquetas de los embutidos deberán tener una leyenda similar a la de los cigarros “El abuso en el consumo de este producto puede ocasionar importantes riesgos en la salud”.

Lógicamente hay tantas empresas que se favorecen por la venta de este tipo de productos, que no había “información suficiente” para prohibir la venta y consumo de los embutidos, pero siempre hemos sabido que son productos de muy baja porción nutrimental, ahora lo más importante para la industria no es nutrir si no inflar como lo hacen con los animales.

Es lamentable cómo la industria ha afectado nuestra alimentación y nutrición, desde la canasta básica de lo que podemos comer como: el huevo, tortilla, maíz, carne y verduras. Muchos de estos productos se han venido deteriorando por la entrada de los productos transgénicos y la mezcla de sustancias químicas en la producción de un alimento, como la tortilla y el alimento para animales que repercute en el producto final que llega a nuestras mesas.

Una mala alimentación puede afectar el rendimiento de nuestro cerebro, el estado anímico, el bienestar físico. El índice de muerte por enfermedad ha aumentado considerablemente en los últimos 5 años. Hoy en día, el 68 por ciento de la población mayor de 20 años tiene sobrepeso y obesidad y estos dos factores constituyen un grave riesgo para desarrollar diabetes, padecimiento que se mantiene como primera causa de muerte a nivel nacional.

El estudio de la OMS es concluyente y encuentra suficientes evidencias científicas para considerar las hamburguesas y el resto de las carnes procesadas como un producto que genera cáncer.

http://elpais.com/elpais/2015/10/26/ciencia/1445860172_826634.html

Con toda esta información ¿Qué nos enseña la Biblia acerca de nuestra alimentación?

Hay muchos que consideran que las leyes del antiguo testamento ya no son para nosotros, pero hay que tener en cuenta que la Ley de Dios es perfecta, una ley como todos lo conocemos es algo que cuando la transgredimos, ésta tiene consecuencias, generalmente de forma individual. Es fácil ver leyes universales que cualquier ser humano sabe que al no respetarse, viene la derivación.

“Si vosotros permanecéis en mi palabra, verdaderamente sois mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”.

Juan 8:31, 32

La verdad que aprendemos mediante Cristo está también en el fundamento de la ley de Dios, por medio de Él aprendemos los mandamientos que fueron establecidos desde el principio. En el capítulo número 11 del libro de Levítico tenemos una descripción clara de lo que Dios mandaba a su pueblo comer y de lo que le prohibía comer, nada de lo que Dios manda es forzoso, todo está en el cumplimiento de leyes naturales que Él mismo estableció. El abusar de grasas saturadas sabemos hoy en día que trae como consecuencia problemas en el corazón. Estas leyes son para nuestro beneficio, pero muchos de nosotros pensamos “pero si la carne de cerdo es tan rica”, “la carne de iguana o de mono es tan deliciosa”. Cada una de estas carnes son prohibidas por el daño que nos causa y si las comemos o no, ya no es desición de Dios ni de nadie más, es decisión de uno mismo. Pero sabiendo la consecuencia de consumir estos alimentos, podemos decidir correctamente.

La alimentación ha sido objeto de debate, unos comen de todo, unos no comen cerdo, unos son “veganos”. Y cada uno de ellos tienen sus razones para alimentarse de esa forma; tal vez sea por salud, o por antojo, o por tradición. Pero Dios a más del pensamiento humano, nos da libertad por medio de la ley de alimentación, si nos enfocamos solamente en ver los beneficios, veremos: salud, bienestar, nutrición y equilibrio. Todos los alimentos que son permitidos en esta ley le dan un beneficio a la humanidad, cabe señalar que los beneficios son cuando el alimento no ha sido contaminado con la mano del hombre, no todo lo que el hombre hace es bueno y tampoco a la inversa.

Ningún animal puro come carne. Tal vez no vemos el beneficio al leer la frase, pero podemos apoyarnos en el conocimiento científico que nos enseña que los animales que Dios describe como puros, son más saludables y nos proporcionan mayores nutrientes, también son animales limpios que no se contaminan con agentes que puedan producirles enfermedades.

Vamos a mencionar dos ejemplos de cómo la ciencia apoya esta ley de Dios.

La carne de CERDO: Los cerdos y su carne son fuente de más de 75 enfermedades causadas por parásitos, gérmenes y virus que son transmitidas al hombre, entre las que se puede mencionar la triquinosis, de la que la carne de cerdo difícilmente puede librarse. Los parásitos de la triquinosis permanecen en los músculos del hombre, causando severos dolores, que posiblemente puedan paralizar sus movimientos. También, pueden permanecer en el diafragma causando obstrucción de la respiración y consecuentemente la muerte. Además, estos parásitos pueden permanecer por más 30 años en los músculos luego de encerrarse a sí mismos en sacos cálcicos.

La carne de conejo: La muerte por ingestión de carne de conejo (técnicamente, ‘inanición cunicular’) se produce por dos mecanismos. El primero, la malnutrición derivada de comer una carne extremadamente magra, como el conejo, sin el complemento de otros nutrientes. El segundo, el envenenamiento por exceso de proteínas: el hígado sólo puede metabolizar 300 gramos de proteínas al día. El resto se convierte en una ponzoña letal que puede hacerte morder el polvo en menos de un mes, no importa lo delicioso que estuviera el conejo al ajo.

“Estos son los animales que podréis comer de entre todos los animales que hay sobre la tierra”.

Levítico 11:2

De la mayoría de los animales que describe la ley de la alimentación que están permitidos hay dos criterios que tenemos que tener en cuenta:

  1. Que rumia y Que tiene pezuña hendida.
  2. Que tiene aletas y escamas.
Rumian: Masticar por segunda vez, devolviéndole a la boca, el alimento que ya estuvo en el estómago.
Pezuña hendida: Pezuña abierta o dividida.

Hay animales que pueden cumplir con uno de esos criterios pero no con los dos, estos nos prohibe Dios que comamos.

Como podemos ver no están aquí las aves, insectos o reptiles. Pero de estos también nuestro Dios los describe en la ley de la alimentación para toda la humanidad, de cada uno de los animales pudiéramos hacer un estudio científico del por qué son prohibidos para nuestra alimentación.

Si esta ley ya no fuera vigente simplemente todos los animales podríamos comer, de lo que se arrastra, lo que vuela, nada o anda sobre sus patas, pero no es así, siguen dañandonos si nos alimentamos con estos animales y también siguen siendo inmundos para nuestro cuerpo que es lo que tenemos que cuidar.

Toda la ley de Dios es perfecta y es para nuestro beneficio, cuidemos nuestro cuerpo y tomemos en cuenta que nuestro Dios formó toda esta creación por un propósito, que disfrutemos de cada uno de sus componentes, hay cosas que no debemos comer, pero entre todos hay equilibrio para beneficio de la humanidad, la selección de lo que comes es libre hoy en día, nadie te obliga, pero si buscamos el beneficio en nuestros alimentos podemos considerar la ley que Dios estableció a la humanidad para hacerla parte de nuestra vida.

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