La vergüenza de mi elección

Me siento avergonzado, porque el día de hoy me di cuenta que abandoné la imagen del que me crió, mis ropajes naturales, donde mi cuerpo era puro y sin corrupción, tenía pensamientos libres… libres del conocimiento humano, de la necedad de mi mente de querer saber más allá de lo que se me permitió ver, que en apariencia sentía haber estado limitado a un conocimiento nuevo, saber la diferencia entre el bien y el mal y ser mejor de lo que ya era, pensando que podía perfeccionarme por mí mismo; pero entre más libre me sentía, mis ojos se vieron limitados, me avergoncé y me tapé, porque sabía que Mi Guía me observaba y lo había decepcionado. No acaté una simple ordenanza que a cualquiera le hubiera sido fácil atender. Mi vergüenza me persigue porque he abandonado la imagen del que me formó, pude ser perfecto y tener la sabiduría que ejercería con poder para transformar mi entorno, gozar de los frutos que para mí habían sido creados, los cuales no tenían mancha, eran puros así como mi alma que estaba blanca como la nieve.

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