Los aplausos me hicieron salir de mis profundas cavilaciones. Ahí estaba yo, formando parte de un auditorio compuesto principalmente por mujeres que deseábamos escuchar a Tina, y decididas a hacer cambios importantes en nuestras vidas.
Tina dedicaba parte de su tiempo a ayudar a mujeres emprendedoras que desearan desarrollar negocios, ya sea en internet o no, mostrándoles el camino más fácil y que realmente consiguieran resultados en poco tiempo. Decía que el camino arduo ella ya lo había recorrido por nosotras, y su conferencia versaba sobre cómo lograr buenos resultados en lo que deseáramos emprender.
Éramos un grupo de mujeres emprendedoras, así nos llamaron, lo cual al principio me asustó…¿emprender qué? ¿qué sabía yo hacer bien para poder iniciar un negocio y obtener una entrada significativa? Mis dudas crecían. No, tal vez éste no era el camino para cooperar con algo en mi hogar. Me sentía insegura, perdida y frustrada, por lo que decidí hablar directamente con Tina una vez terminada su conferencia.
La abordé sin más ni más, le conté acerca de mi situación y ella amablemente me escuchó.
- Yo también he fracasado muchas veces- me dijo- en mi intento por lograr mis metas y cooperar para que la economía de mi hogar sea más estable. Soy madre de dos niñas, a las que tengo que atender, llevar al colegio, preparar su comida, en fin, soy ama de casa y madre en pocas palabras, atiendo también a mi esposo que muchas veces necesita ser escuchado y motivado, así que no había mucho tiempo para que yo obtuviera algún ingreso fuera de casa. Así que encontrar un trabajo que me apasionara, hacerlo desde casa y gestionando mi propio tiempo, fue para mí un reto y se convirtió en una de mis prioridades.
- Pero…¿cómo hiciste para llegar a donde te encuentras ahora? ¿Qué fue lo que te motivó?
- Para lograrlo he trabajado duro…no te voy a mentir, pero te compartiré mi secreto: Tengo una filosofía de vida, soy cristiana y mi vida se rige por la Palabra del Señor. Mi filosofía se basa en servir a mi comunidad mientras eres generosamente recompensada por ello. Muchas veces he leído el Elogio de la mujer virtuosa, el cual habla de una mujer que “trabaja con voluntad con sus manos, trae su pan de lejos, se levanta aún de noche y da comida a su familia” Habla de una mujer comprometida con sus hijos y esposo, que atiende sus propios negocios y que alarga su mano al pobre. Es creativa, generosa, laboriosa, pero lo que más me gusta del Elogio- dijo Tina- es que menciona que la “ Fuerza y honor son su vestidura, y se ríe de lo por venir”, lo que me hace imaginar a una mujer segura y con la fuerza de una yegua que sabe su camino y se dirige a él, y a la vez, me hace pensar en la suavidad de una mujer amorosa con su familia. Es decir, no se trata de sólo hacer un negocio y generar ingresos, es también seguir el llamado de Dios y cumplir con la misión que te ha dado. Esa es mi motivación. ¿Qué te parece?
- Me quedé sin palabras, éste era un nuevo enfoque para mí, pero sí, definitivamente, sentí la gran motivación que necesitaba para hacer un cambio importante en mi vida. Hoy siento que tengo un plan definido, que siembro “viña del fruto de mis manos y mi lámpara no se apaga de noche”, como dice el proverbio, pero me siento muy motivada porque ahora mi trabajo lo hago con más confianza, fuerza y dirección. Gracias a Tina pude encontrar este camino marcado en la Palabra del Señor.
“Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas”
Proverbios 31:10