“Y El os declaró su pacto, el cual os mandó poner por obra: esto es, los diez mandamientos, y los escribió en dos tablas de piedra.”

Deuteronomio 4:13

Bíblicamente tenemos leyes que hay quienes piensan que no siguen siendo vigentes; aunque fueron escritas en el año 1941 a. de C., si las analizamos tienen vigencia en nuestro días y como son emitidas por Dios esas leyes son perfectas. El problema principal desde esos tiempos y en el presente, somos nosotros mismos que alteramos y no respetamos las leyes; por ello vamos analizar la vigencia actual de ese decálogo que dio nuestro Dios a Moisés en un monte y que escribió en dos tablas de piedra para que fueran leídas delante de las naciones.

1.- Un solo Dios.

Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón y de toda tu mente. Hoy en día el relativismo cultural domina el pensamiento y acción de la sociedad; la verdad para muchos no puede venir de una fuente o un ente sobrenatural. También hay confusión a la hora de hablar de un solo Dios, la confianza de nuestros logros es más fácil adjudicarla a las fuerzas que tenemos al aceptar que puede haber un ser más poderoso que nos permite tener vida.

Sólo tenemos que comparar y hacer un recuento sobre las culturas que han sido politeístas, dónde han acabado y qué han logrado. Culturas que han sido grandes y dominantes en ciertos tiempos; pero no han logrado sobrevivir y hoy vemos ruinas de esas culturas que no aceptaron que hay sólo un Dios en el Universo hacedor de todas las cosas que vemos hoy.

Este es el primer mandamiento que nos debe regir, la imagen a la que fuimos creados nos lo pide en el interior y no hay poder que nos pueda fortalecer y librar que el de tener un Dios verdadero.

2.- No te harás imagen ni semejanza.

Wallpaper de Maradona
Fuente: palabrasdemaspalabrasdemenos

Hoy los ídolos están por doquier, de lo más insignificante los hombres hacen ídolos, personas a seguir y que adoran por sus logros en algunos ámbitos como: los negocios, el deporte, la ciencia, etc.

¿A qué personaje inculcarías a tu hijo que siguiera? Si pusieras una lista de personajes que pudieran ser ejemplo a seguir ¿a quién elegirías? Las imágenes que están sobre nosotros son cargas y nos pueden llenar de ignorancia, es fácil perder el rumbo cuando esos ejemplos de personas a seguir ganan millones de dólares; pero no tienen ninguna característica favorable hacia la sociedad. ¿Te imaginas en qué puede gastar una persona un millón de pesos al día, comparado con un salario mínimo de 70 pesos al día? Es un ejemplo claro de dónde está puesto el interés de la gente al tener ídolos reflejados en personas.

La confianza en el mundo está más en la suerte que en la bendición, los amuletos o la consulta a los adivinos pueden tener más fe que reconocer que no puede haber más de un Dios y Cristo nos dice que no hay otro digno de recibir honra, gloria y alabanza:

“Respondiendo Jesús, le dijo: Escrito está: “AL SEÑOR TU DIOS ADORARAS, Y A EL SOLO SERVIRAS.” Lucas 4:8.

3.- No tomar el nombre del Señor en vano.

¿Cómo habla hoy la gente? Prometemos y juramos por muchas cosas, pero ya la palabra del hombre no vale, cuando decimos que vamos a cumplir con nuestros compromisos y preferimos dar la espalda o poner pretextos antes que cumplir, esto trae graves consecuencias porque la mentira y el engaño se vuelve parte de nuestra sociedad y consentimos esto con la corrupción. Si nuestro entorno es corrupto, también somos cómplices de esa corrupción cuando ya tenemos indiferencia al problema y podemos ser culpables del resultado que trae consigo. Nuestro hablar debe ser de una forma simple:

“Mas sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede.” Mateo 5:37.

Sólo debemos escuchar por un momento nuestro entorno y analizar las expresiones que dice la gente, no podemos decir que hacemos cosas en nombre de Dios, cuando no es el cumplimiento de su voluntad. Se han cometido delitos y crímenes en el nombre de Dios y esto es una falta grave delante de Él y también para los que analizamos las escrituras.

4.- Y acordarte has del séptimo día para santificarlo.

El descanso de un día
acompasando.org

Haciendo por un momento de lado un día en específico, la pregunta para este mandamiento es ¿En qué gastamos hoy en día nuestro tiempo? Es para ayudar a los demás haciendo caridad, o comunicarnos con nuestros semejantes; tal vez sea en educación para ser más sabios. Comúnmente se va el tiempo en escuchar la radio, ver la televisión, alguna red social, juegos electrónicos o leer alguna revista; cada uno de esos medios generalmente tratan temas vanos que no son de nuestro beneficio como buscar una pareja guapa o hermosa, trabajar día a día para comprarnos la casa de nuestros sueños o el auto último modelo, tener el celular de última generación que nos permite estar a la vanguardia, etc.

Hay tiempo para todo y debemos alimentar una parte de nosotros que tenemos muy abandonada, el hombre interior el cual se alimenta no con cosas materiales sino con cosas espirituales que provienen de Dios; así que se diseñó un día para cumplir ese propósito, y un día está compuesto por 24 horas de tarde a tarde.

“También les dijo: El sábado por causa del hombre es hecho; no el hombre por causa del sábado.” Marcos 2:27.

5.- Honra a tu padre y a tu madre.

Hay siempre una jerarquía en las sociedades, hay quien está a la cabeza y es el que dispone de las normas sobre las que se regirá una empresa, un país, una casa, etc. Podemos tener malos presidentes, malos jefes en nuestros trabajos y también podemos tener malos padres que nos maltratan; pero en la jerarquía independientemente de quién sea el que se encuentra arriba de nosotros, lo debemos respetar. Cundo no estamos de acuerdo con las actitudes de nuestro jefe,  simplemente renunciamos o somos despedidos; en un país si no nos gusta la forma de gobernar de un presidente, vivimos así o nos cambiamos de residencia a otro país; y por último en la casa si no nos gusta la forma en cómo son nuestros padres con nosotros nos salimos y punto.

Pero eso está muy lejos de la visión de nuestro Dios, quien nos exige respeto hacia los mayores y honor a los padres. ¿Cómo puede ser que los adolescentes de hoy en día estén tan seguros de saber mucho más sobre la vida que quienes los educaron? ¿Por qué todo niño tiene automáticamente derecho a recibir absolutamente todo de sus padres; pero años después, cuando los padres necesitan ayuda suelen negársela?

Si hay un respeto a Dios, también debe haber un respeto a quienes nos criaron, no podemos romper ese orden porque si no respetamos a quienes directamente son los que mandan en nuestras casas, tampoco respetaremos a quien hizo a cada uno de ellos.

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