Una lección profunda sobre el amor al prójimo y la compasión. Jesús contó esta parábola en respuesta a la pregunta de un experto en la ley que le preguntó: “¿Y quién es mi prójimo?”
Practicar la Compasión:
Siguiendo el ejemplo del samaritano, mostremos compasión y ayudemos a aquellos que están en cualquier tipo de necesidad.
Lucas 10:27(RVR1960) – “Dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.”
Ir más allá de las Barreras Sociales:
Rompamos esas barreras sociales y culturales que como sociedad miramos casi a diario, para ayudar a quienes lo necesitan, como lo hizo el samaritano con el hombre herido.
Lucas 10:29-35 (RVR1960) – “Y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él.”
Demostrar Amor Práctico:
La parábola nos enseña a demostrar amor práctico en nuestras acciones de la vida diaria independientemente de las diferencias que puedan existir entre la sociedad.
Lucas 6:27-28 (RVR1960) – “Pero a vosotros los que oís, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen; bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian.”
Apliquemos la parábola del buen samaritano, como significado de comprometernos a ser importantes instrumentos de amor y compasión en nuestras actividades diarias con los demás (nuestro prójimo.)