Leer la biblia es un deleite no olvides hacerlo todos los días se volverá el hábito más especial en tu vida.
1. Pide guía a Dios en oración:
Antes de abrir tu Biblia, busca la dirección de Dios a través de la oración. Dile que deseas entender su Palabra y pídele que te abra el corazón y la mente. La Biblia misma nos anima a buscar a Dios en oración:
“Clamen a mí, y yo les responderé; les revelaré grandes y misteriosos secretos que ustedes no conocen.”
(Jeremías 33:3)
2. Comienza con los Evangelios:
El Nuevo Testamento, y en particular los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, son un excelente punto de partida para quienes se inician en la lectura de la Biblia. En ellos encontrarás la vida, las enseñanzas y el sacrificio de Jesucristo, el pilar central del cristianismo.
“Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.”
(Marcos 10:45)
3. Utiliza una Biblia de estudio:
Existen Biblias de estudio que cuentan con notas explicativas, comentarios y referencias que pueden ayudarte a comprender mejor el contexto histórico y cultural de los pasajes bíblicos.
“Estudien las Escrituras, porque en ellas creen tener vida eterna, y son ellas las que dan testimonio de mí.”
(Juan 5:39)
4. Únete a un grupo de estudio bíblico:
Compartir tu experiencia de lectura con otros creyentes puede ser un gran apoyo y enriquecimiento. Unirse a un grupo de estudio bíblico te permitirá discutir pasajes, hacer preguntas y aprender de la fe y las perspectivas de otros.
“Preocupémonos los unos por los otros, a fin de estimularnos al amor y a las buenas obras.”
(Hebreos 10:24)
5. Sé paciente y constante:
La Biblia es un libro profundo y lleno de sabiduría, y su comprensión completa puede llevar tiempo y dedicación. No te desanimes si al principio te resulta difícil entender algunos pasajes. Lo importante es ser constante en tu lectura y buscar ayuda cuando la necesites.
“No se cansen de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharán, si no se rinden.”
(Gálatas 6:9)