Se oye un llamado de auxilio y alguien lo escucha, al ver la necesidad de esa persona que se encuentra en peligro de muerte, acude en su rescate. Una vida se ha salvado. Es así como Jesús acude a la humanidad, a veces sin saberlo nos encontramos al borde de la muerte. No necesariamente es física, pero por dentro muchos experimentamos esa ausencia de vida por los problemas que hay en el mundo. La salvación que ofrece Jesús nos ofrece ambas, el poder una vida con propósito y la esperanza de Vida eterna. Así que nos salva de una muerte eterna y espiritual.

La seguridad de la salvación es un tema fundamental. Es la certeza de que, habiendo puesto nuestra fe en Jesucristo, somos salvos y permaneceremos salvos para siempre. Esta seguridad no se basa en nuestras propias obras o méritos, sino en la gracia y la misericordia de Dios.

1. La salvación por fe en Jesucristo:

La base de la seguridad de la salvación se encuentra en la fe en Jesucristo. La Biblia nos enseña que la salvación no se obtiene por nuestras propias obras o méritos, sino por la gracia de Dios a través de la fe en Jesucristo (Efesios 2:8-9). Jesús murió en la cruz para pagar por nuestros pecados y resucitó al tercer día para vencer la muerte y darnos vida eterna (1 Corintios 15:3-27). Cuando ponemos nuestra fe en Jesús, reconocemos que Él es nuestro Salvador y confiamos en su sacrificio para limpiarnos de nuestros pecados y reconciliarnos con Dios.

2. El testimonio del Espíritu Santo:

El Espíritu Santo, que Dios nos da como regalo cuando creemos en Jesús, juega un papel fundamental en la seguridad de la salvación. El Espíritu Santo nos convence de nuestro pecado, nos guía a la verdad y nos da el testimonio interno de que somos hijos de Dios (Romanos 8:16). Esta seguridad no se basa en nuestros propios sentimientos o emociones, sino en la obra fiel y permanente del Espíritu Santo en nuestras vidas.

3. La evidencia de una vida transformada:

La seguridad de la salvación también se ve reflejada en una vida transformada por el poder del Espíritu Santo. Cuando creemos en Jesús y recibimos el Espíritu Santo, experimentamos un cambio radical en nuestro interior. Comenzamos a vivir de acuerdo a la voluntad de Dios, amando a los demás, buscando la justicia y la santidad. Esta transformación en nuestro carácter y comportamiento es una evidencia poderosa del trabajo del Espíritu Santo en nuestras vidas y de la nueva vida que tenemos en Cristo.

“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”

2 Corintios 5:17

¿Cómo tener la seguridad de la salvación? 

Para tener la seguridad de la salvación, basta con seguir estos pasos:

  • Reconocer su necesidad de salvación: Admitir que eres pecador y que necesitas el perdón de Dios.
  • Arrepentirse de sus pecados: Apartarse del pecado y buscar el perdón de Dios con sinceridad.
  • Creer en Jesucristo: Aceptar a Jesús como Señor y Salvador, confiando en que su muerte en la cruz pagó por sus pecados.
Queremos tener la seguridad de que seremos salvos, consideremos acercarnos más a Dios para ser guiados por su Espíritu. Él nos enseñará el camino que podemos tomar hacia la Salvación de Dios.

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