La perspectiva bíblica sobre el dinero y la administración financiera se centra en reconocer que todas nuestras posesiones provienen de Dios y que debemos administrarlas con sabiduría y con un corazón generoso.
1° Honra al Señor con tus riquezas:
Veamos una poderosa exhortación sobre la importancia de honrar a Dios con nuestras riquezas recordemos que nuestras posesiones y recursos no son simplemente el resultado de nuestro esfuerzo, sino que son un regalo de Dios. Al reconocer esta verdad fundamental, somos llamados a responder con gratitud y generosidad, dedicando los primeros frutos de nuestras ganancias para la obra de Dios y para ayudar a los necesitados. Esta práctica de dar primicias no solo es un acto de obediencia, sino también una expresión de confianza en la provisión continua de Dios y una invitación a experimentar su abundante bendición en nuestras vidas.
Proverbios 3:9-10 (NVI): “Honra al Señor con tus riquezas y con los primeros frutos de tus cosechas. Así tus graneros se llenarán a reventar, y tus bodegas rebosarán de vino nuevo.”
2° Acumula tesoros en el cielo:
Jesús nos invita a desviar nuestra atención de las riquezas terrenales, que son transitorias y pueden desaparecer, y en cambio, a invertir en tesoros eternos en el Reino de Dios. Esta enseñanza desafía nuestra mentalidad centrada en el mundo y nos llama a considerar dónde depositamos nuestro verdadero tesoro. Al enfocarnos en acumular tesoros en el cielo, cultivamos una perspectiva eterna que trasciende las preocupaciones temporales y nos permite vivir con propósito y significado duradero.
Mateo 6:19-21 (NVI):”No acumulen para sí tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido destruyen, y donde los ladrones se meten a robar. Más bien, acumulen para sí tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido carcomen, ni los ladrones se meten a robar. Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.”
Jesús nos enseña que nuestro enfoque no debe estar en acumular riquezas terrenales, sino en buscar tesoros en el cielo.
3° Peligro del amor al dinero:
El apóstol Pablo nos advierte que el amor al dinero es la raíz de muchos males, y que aquellos que se entregan a la codicia pueden apartarse de la fe y experimentar una serie de dificultades. Esta enseñanza nos recuerda la importancia de mantener nuestro corazón libre de la atracción del dinero y de buscar nuestra satisfacción y seguridad en Dios en lugar de en las riquezas materiales.
1 Timoteo 6:10 (NVI): “Porque el amor al dinero es la raíz de toda clase de males. Por codiciar, algunos se han desviado de la fe y se han causado muchísimos sinsabores.”
Esta cita nos advierte sobre los peligros de amar el dinero más que a Dios.
La Biblia nos enseña a administrar nuestras finanzas con mucha sabiduría, reconociendo que todo le pertenece a Dios, evitando la codicia y la acumulación de tesoros materiales, y buscando hacer tesoros en el Reino de Dios.