Es sabido por muchos de nosotros los hechos que sucedieron un viernes de abril del 2017, en el cual murieron 4 chicos debido al accidente que tuvieron mientras el conductor estaba alcoholizado y conducía a más de 120 kms/h.
Como es obvio las familias de los fallecidos exigen que el conductor termine en la cárcel. Pero parafraseando a Ricardo Raphael (periodista y columnista de El Universal) ¿Por qué alguien se atrevería a conducir en estado inconveniente, a muy alta velocidad, por la avenida Reforma un viernes por la noche? ¿Qué desconexión con la realidad y sus consecuencias serían necesarias para arriesgar así la vida de cinco personas, incluida la propia? ¿Cuántas veces antes el conductor del BMW desafió las reglas —de la física o de la buena convivencia social— y salió bien librado?
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