“Para que todos sean una cosa; como tú, oh Padre, en mí, y yo en tí, que también ellos sean en nosotros una cosa: para que el mundo crea que tú me enviaste” (Juan 17:21)

“Yo y el Padre una cosa somos; … El que me ha visto, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos al Padre?;… Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí…” (Juan 10:30; 14:9, 11), por una mala comprensión de las Sagradas Escrituras, se ha propiciado que a textos como las anteriores, las gentes los lleguen a interpretar a su manera, pensando que el Padre y Cristo son la misma persona (2a Pedro 1:20; 3:16). No son los únicos versículos que han tergiversado, hay más pasajes donde ellos creen que Cristo y Dios son el mismo ser, creando una gran confusión sobre este tema (Romanos 9:5, 1a Juan 5:20, Isaías 9:6; 1a Timoteo 3:16).

Como se observa en los textos anteriores, estos muestran al Padre como: Salvador, Rey, Redentor, y Señor, de la misma manera se señala a Jesucristo. Esto tiene una explicación que es la siguiente:

  • Si la Escritura nos dice que Jehová es Salvador, Rey, Redentor, y Señor, asimismo a Cristo se le aplica los estos calificativos, es porque tiene el mismo propósito, es decir, persigue un objetivo común que es cumplir con el Plan Divino de redención del ser humano, preestablecido por el Soberano Dios. Esto no quiere decir que Dios y Cristo sean la misma persona (Isaías 43:11-15 compare con Mateo 1:21; Juan 18:37; Efesios 1:7; Job 19:25).
  • Cuando dice: “Yo y el Padre una cosa somos” (Juan 10:30), es porque hace alusión al propósito señalado en el párrafo anterior. Siguiendo la misma idea, se podría decir de los creyentes. Los hijos de Dios debemos ser uno con Dios y Cristo, y no por ello queremos decir que somos Dios (Juan 17:21). Al seguir los lineamientos del Eterno, se alcanza una identificación plena entre los creyentes con Dios y Cristo, pues todos buscan la santificación de los hombres (Juan 17:15- 22).
  • Al decirnos: “El que me ha visto, ha visto al Padre” (Juan 14:9), nos da a entender que por conducto de la doctrina y de sus obras, hemos visto al Padre, esas obras son su valiosa creación. Las obras de amor y misericordia que realizaba Cristo son las mismas obras que Dios ha hecho en favor de los hombres. Por estas obras es como si viéramos la intervención del Padre, pero no por ello son lo mismo, porque el contexto de los versículos viene hablando de las obras (Juan 14:9-11).
  • Asimismo, cuando dice: “Yo soy en el Padre y el Padre en mí “ es porque las palabras que Cristo hablaba, eran de Dios, y no solo él, aún nosotros si tenemos su palabra y cumplimos las obras que nos ha encomendado, estaremos en Dios, igual que Cristo está en el Padre (Juan 14:11). Estos pasajes no hablan de que Dios y Cristo sean una misma persona, sino del obrar de dos personas en las mismas cosas.

Aun cuando Cristo sea designado como Dios, no quiere decir que Cristo sea igual al Eterno Padre. Aún los hombres que aplican las leyes y la voluntad de Dios,  toman el lugar de Dios y reciben el nombre o el término de dios (Exodo 14:16; Salmos 82:1-6), pero siendo hombres no son el mismo Eterno. Moisés recibe el calificativo de dios, pero no por ello es el Todopoderoso, (Exodo 7:1). También los ángeles llevan el nombre de dios, pero no por ello vamos a confundir que Jehová Dios es un ángel (Exodo 23:20-21).

Si Cristo recibe el nombre de Dios, es por apelativo, porque Cristo, los hombres y los ángeles únicamente están llevando el adjetivo de dios, pero jamás vamos a pensar sean Dios. Únicamente cuentan con la representación, es decir, el permiso del Eterno de llevar este sobrenombre, en este sentido solo son instrumentos de Dios para enseñar su voluntad a los hombres.

Después de analizar estos aspectos, tenemos una enseñanza práctica; evitemos cantar coros o himnos donde se confunde a Cristo con Dios. Orientados por la doctrina que han profesado los hombres del ayer, escribamos himnos y cánticos espirituales dando a cada quien su lugar y nivel. Dios en su supremacía y su Hijo Amado siempre sujeto a la voluntad del Padre (Exodo 33:27; Filipenses 2:6).

Min. Santiago Montiel, 25 de Marzo de 2015, Punto de Fe No. 3, idisraelita.org, https://idisraelita.org/acerca-de-la-idi/puntos-de-fe/articulos/30-punto-de-fe-no-3

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