Los dispositivos electrónicos y Eclesiastés 3:1.
Me puso a pensar el saber que muchos líderes del ramo tecnológico decidan no entregarle un dispositivo electrónico a sus hijos, esto de acuerdo a una entrevista hecha por el NY Times a Adam Alter autor del libro: The Rise of Addictive Technology and the Business of keeping us Hooked; en la entrevista y en el libro detalla una nueva forma de adicción: que es el uso de dispositivos electrónicos, los cuales en algunos casos pueden igualar el efecto de algunas sustancias químicas.
Lo que es un hecho es que solamente tenemos que voltear a ver en los restaurantes a familias que se sientan a la mesa y ya no interactúan entre ellas, sino que solamente están mirando alguno de estos aparatos. Otro ejemplo indignante es que en parques o zonas de juegos, algunos niños “juegan”, pero no en los espacios designados para ellos como los columpios o resbaladillas, sino con las llamadas “tablets” o el teléfono inteligente de algunos de sus padres.
De acuerdo a nuestra doctrina esto puede llamarse concupiscencia o deseo inmoderado. Colosenses 3:5 nos indica que una mala concupiscencia es idolatría. Si no somos capaces de entender que cada cosa en esta tierra tiene su tiempo y su sazón caeremos rendidos a estas prácticas que solamente nos alejan del contacto con nuestros cercanos.
Meditemos en esto: ¿Al despertar lo primero que vemos es nuestro perfil de Facebook y revisar nuestros “likes”? ¿Cuando estamos con alguien más ocupamos el tiempo para revisar nuestras redes sociales o conversamos con nuestro acompañante? ¿Nos desesperamos si no encontramos u olvidamos nuestro teléfono inteligente? Si respondimos afirmativamente a alguna de estas preguntas, probablemente tengamos un problema de adicción. Podemos puntualizar que una adicción es algo que nos causa placer a corto plazo, pero nos hace daño a largo plazo y aún así lo hacemos.
Estos comentarios no son una invitación a una vida ascética y desechar toda tecnología, ya que gracias a ella usted puede leer o escuchar esta reflexión, si no a verdaderamente usar la Palabra de Dios a nuestro favor: Todo me es lícito más no todo me conviene y cada cosa tiene su tiempo y su sazón.
Versículos para poner en práctica:
Colosenses 3:5; Eclesiastés 3:1 y 1a Corintios 10:23.
Este es un audio de su hermano Adán Zamora y los invito a visitar la página www.tunika.mx, túnika se escribe con k, para más contenidos como este en favor del desarrollo de una inmejorable cultura bíblica.
Fuente:
The NY Times www.nytimes.com/es/2017/03/11/por-que-podemos-quitar-los-ojos-de-nuestras-pantallas/?emc=eta1-es