Ayuno, abstinencia en el consumo de alimentos (principalmente comida, pero también muy a menudo bebida), que se prolonga durante un plazo más largo del habitual. El ayuno se ha practicado durante siglos en relación con ceremonias y ritos de religiones (que lo contemplan en mayor o menor medida) tales como el cristianismo, el judaísmo, el islam, el confucionismo, el hinduismo, el taoísmo y el jainismo. Aunque el budismo hace hincapié en la moderación en el consumo de alimentos en vez de exaltar el ayuno, algunos de sus seguidores, especialmente en el Tíbet, también lo practican.
En sus primeras manifestaciones, el ayuno era uno de los numerosos ritos en los que las actividades físicas se reducían y suspendían, permaneciendo en un estado de quietud comparable, en el plano simbólico, a la muerte o al estado que precede al nacimiento. Los primeros cristianos asociaron el ayuno con la penitencia y la purificación (Mt. 6:16; Mr. 9:29). El ayuno ha sido criticado desde los primeros tiempos. Muchos de los profetas del Antiguo Testamento y los primeros autores cristianos condenaron el abuso del ayuno como una formalidad vacía practicada por personas que podían después llevar una vida inmoral.
En tiempos modernos, la crítica del ayuno se ha basado ante todo en otros motivos; la costumbre, por otra parte, ha modificado mucho la práctica del ayuno. Con algunas excepciones, hoy la norma general es un ayuno selectivo en vez de una total abstinencia.
Después de leer la explicación del ayuno según la Enciclopedia Encarta, analizaremos este tema según la Biblia…
En Esther 4:16 vemos que el ayuno no es solo dejar de comer medio día, sino, día y noche, es decir, 24 horas, cuando se acercaba algún peligro.
Cuando Moisés subió al monte Sinaí ayunó, y dice la biblia que no comió, ni bebió, así debe ser el ayuno . Ex. 34:28
Is. 58:3-11 Ayunar con humildad, nunca para pedir cosas en contra de los enemigos, el verdadero ayuno va acompañado de “desatar las ligaduras de impiedad, deshacer los haces de opresión, dejar ir libres a los quebrantados, romper todo yugo, partir el pan con el hambriento, en pocas palabras mostrar amor a Dios y al prójimo”, el ayuno no es para estar tristes y tener un rostro de amargura, sino por el contrario, tener alegría por tener una comunión más amplia con Dios, haciendo de esta manera el ayuno Dios escuchará el clamor “invocarás y oírte ha Jehová”.
El ayuno no debe hacerse con ostentación, pues el sacrificio es hacia Dios y no hacia los hombres. Mt. 6:16-21.
El ayuno siempre debe ir acompañado de oración Mt. 17:16-21 y además es una disciplina y ejercicio del alma, cuando hay enfermedad Sal. 35:13; Dn. 9:3; 1 S. 12:16. Junto con el ayuno va el arrepentimiento de los pecados 1 S. 7:6; Neh. 9:1-2
En el evangelio según San Marcos 2:18-20 encontramos que los discípulos de Juan el bautista ayunaban y los de Cristo no, pero el Maestro dice: “…vendrán días, cuando el esposo les será quitado, y entonces en aquellos días ayunarán.” Esto quiere decir que cuando Cristo estaba en su presencia no había necesidad de ayunar, pero en la ausencia de nuestro Señor Jesucristo tendrían que “velar y orar” para que su segunda venida no los sorprendiera sino que estuvieran en todo momento en comunión con Dios,
¿Cuándo es tiempo de ayunar? ahora es momento de ayunar, aunque no estemos bien con nuestro Dios, pues los tiempos son cada vez más peligrosos y necesitamos de esa comunión cercana con Dios.
Boletín informativo No. 5, 26 de diciembre de 2009