“Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a Jehová; como el alba está dispuesta su salida, y vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía y temprana a la tierra.” (Oseas 6:3).
Conocer a Dios es una vida de estudio y de interés, no es decirlo solamente con los labios y manifestar que creemos en un ser supremo. El conocer a Dios es entender también que el hombre puede tener su propia versión del Dios verdadero; pero no hay quién nos pueda mostrar la verdadera gloria de Dios, sino el mismo Dios que ha puesto un guía para la humanidad y que en nuestros tiempos es el Espíritu Santo.
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