“Te lo juro por mi vida”

Escuché en el camión una conversación común como cualquier otra… Tú sabes que en México el lenguaje popular está dotado de un sin fin de expresiones muy particulares que utilizan doble sentido en su significado; pero lo que me llamó la atención de esta conversación en el intercambio de ideas fue algo que se expresó de la siguiente forma:

Sujeto 1: Estaba ahí presente en el funeral, la que estaba muerta movió su pie, me quedé paralizado, no podía creer lo que estaba pasando en ese mismo instante.

Sujeto 2: Naaa no te creo, sí ahí estaba toda la familia ¿y sólo tú viste que se movió?

Sujeto 1: Te lo juro, por ésta que sí pasó.

En realidad no le puse atención a la conversación completa, si no a la forma en la que hablamos y nos expresamos; más allá de las groserías o palabras en doble sentido (que estaban incluidas en la conversación), observé y analicé los juramentos que hacemos como si fueran cualquier expresión, también las promesas están en nuestras conversaciones ya que nuestra palabra no tiene peso ni validez para que el otro nos crea.

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