¿Cuántas situaciones, malas experiencias o vivencias puede guardar nuestra memoria?, incluso muchas nos pueden marcar de por vida. Sin darnos cuenta eso que pudo haberle pasado a cualquier persona, ahora nos afecta de tal forma que nuestro carácter y personalidad se ven definidos y modificados por lo que guarda nuestra mente y corazón.
Así que el evangelio de Dios por medio de Jesucritso nos enseña a que ninguna de esas cosas que hayamos vivido sea lo que defina cómo seremos el día de hoy. La reconciliación que busca el evangelio es primero con nuestro Creador, ya que si todas esas malas experiencias vienen a nosotros, no es por deseo de Dios, sino porque nos hemos alejado de hacer su voluntad y seguir el camino a la Salvación.
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