Somos cercados por tiempo de cuarentena, así como en los días de diluvio donde Dios tuvo que purificar la tierra a causa de las prevaricaciones del mundo; así como cuando por 70 años fueron cautivos los israelitas en naciones extrañas. No podemos comparar lo que hoy nos sucede con el virus que se ha coronado en la mente de la humanidad, con lo que ocurría en el pueblo de Israel en aquellos sucesos; pero podemos aprovechar para recordar lo que el pueblo de Dios tuvo que sufrir para ser libertados del enemigo, así que es tiempo de coronar a Cristo en nuestros corazones.
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