Son tres fiestas en el año donde nuestro Dios por mandamiento nos pide que hagamos el sacrificio por estar completos; es decir, sin distracciones, que nuestro espíritu, alma y cuerpo se concentren en aprovechar lo que ha hecho Dios para nosotros. La última fiesta del año es una de las más felices, hemos recibido el justo juicio de Jehová sobre nuestras obras y se ha ido muy rápido. Puede que no alcancemos a considerar todo lo bueno que ha sido nuestro Dios.
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